CaixaBank absorberá Banca Cívica por menos de su valor en Bolsa. Los consejos de administración de ambas entidades han aprobado un canje de acciones que valora por 1,97 euros la acción de Cívica, un 11,3% menos de los 2,2 euros que valían sus títulos al cierre del viernes. Con la correción final del precio de canje, Caixabank tendrá que realizar una ampliación de capital del 8% para cubrir el canje de acciones que articulará el proceso de integración. La caja catalana valorar el SIP de las cuatro cajas en 980 millones de euros. El nuevo grupo se convertirá en el líder del negocio financiero nacional con alrededor de 355.000 millones en activos (y 179.000 millones en depósitos) desplazando a BBVA, que tras la compra de Unnim, suma 340.000 millones.
Al tratarse de una operación de canje, las condiciones finales de la oferta también dependerán de la valoración que haga CaixaBank de sí misma, pues no hay que olvidar que cuando debutó en el mercado en julio salió a cotizar a 0,8 veces valor en libros y hoy debido al castigo que acumula su valoración ronda las 0,6 veces. Por esa razón, el cheque que ponga La Caixa sobre la mesa puede superar ligeramente los 1.000 millones. La entidad catalana no ha solicitado de ayudas públicas ni del Fondo de Garantía de Depósitos para realizar la operación.
Durante todo el fin de semana, se continuó la negociación por ambas partes para cerrar el precio final del canje. Como informó este diario el pasado domingo, el precio definitivo se cerraría en la horquilla de los 1,9 euros y los 2,4 euros por título. En la actualidad, la capitalización bursátil del grupo catalán es casi 10 veces superior a la del SIP de los dos presidentes. Desde que salió a Bolsa, la acción de Banca Cívica no ha conseguido cerrar ni una sola sesión por encima de los 2,7 euros con los que comenzó a cotizar en el mercado. El actual precio teórico que ofrecerá Caixabank supone, de hecho, un descuento del 27% respecto al precio de colocación, el pasado mes de julio.
Ambas entidades se complementan en presencia territorial y, con la operación, La Caixa ganará peso especialmente en el norte de España y Canarias. Los contactos se iniciaron hace más de dos meses, cuando Banca Cívica manejaba otras líneas de negociación con otras entidades. De hecho, durante este tiempo, el grupo que preside Antonio Pulido y Enrique Goñi estuvo muy cerca de cerrar la integración con Ibercaja. Como informó este diario, las negociaciones entre Banca Cívica y la entidad aragonesa se encallaron entorno al nombre del consejero delegado de la entidad común. Mientras Ibercaja propugnaba a José Luis Aguirre, consejero delegado de Ibercaja, desde el SIP se defendía el nombre de Juan Odelín.
Banca Cívica intensificó la búsqueda de un socio al no poder cumplir con las nuevas exigencias de provisiones para el saneamiento inmobiliario que exige el nuevo decreto sobre reforma financiera. El grupo que integra a las cuatro cajas necesita 2.031 millones para sanear su ladrillo, una cifra imposible de conseguir en solitario. De hecho, algunas fuentes aseguran que necesitaría los beneficios de diez años para cumplir con la exigencia. Además, Banca Cívica recibió 1.000 millones del FROB de primera generación en forma de préstamo que está devolviendo con un interés anual del 8%.
Importante ajuste de capacidad
Antes de intensificar las negociaciones con La Caixa, Banca Cívica intentó realizar gran parte del saneamiento contra recursos propios, apelando a la norma internacional contable que posibilita reevaluar activos tras una fusión. De esta manera, este grupo de cajas intentaba seguir en solitario. Sin embargo, Economía cerró la puerta a esta vía, obligándole a una fusión.
El nuevo grupo creará un gigante financiero con 6.576 oficinas y 34.793 trabajadores, que obligará a una drástica reducción de capacidad. Según los cálculos de analistas, auditores, sindicatos y un par de bancos de inversión, recogidos por este diario, la entidad fusionada tendrá que recortar alrededor de 15.000 puestos de trabajo y en el entorno de 2.300 sucursales, en ambos casos de forma mayoritaria de La Caixa. El coste de este proceso puede superar los 5.000 millones de euros. Sin embargo, esta cifra ha sido otro de los puntos de negociación durante el fin de semana. El ajuste definitivo podría reducirse finalmente a cerca de 5.000 trabajadores y 1.000 oficinas.
CaixaBank cerró 2011 con 5.182 oficinas en España (5.196 sumando las exteriores), de las que 1.088 están situadas en las autonomías de origen de las cajas de Banca Cívica y contaba con24.915 empleados (26.993 en todo el grupo CaixaBank). Por su parte, Banca Cívica acabó el pasado año con 1.394 sucursales y 7.800 empleados entre fijos y eventuales. Cataluña será el territorio con menores solapamientos de red de oficinas. Banca Cívica apenas cuenta con 26 oficinas en esta provincia, todas ellas en Barcelona.
Ambas entidades admitieron el pasado 13 de marzo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que se encontraban en proceso de estudio de una integración. Tras rumores de cierre inminente del acuerdo de la operación desde hace una semana, se descartó un anuncio oficial durante el fin de semana dada la coincidencia con las elecciones andaluzas.