El grupo alimentario Campofrío indemnizó con cerca de 3,1 millones de euros a su ex consejero delegado, el estadounidense Robert Alair Sharpe, que abandonó sus funciones ejecutivas en la compañía el pasado 2 de enero, en plena opa conjunta de la mexicana Sigma y la china WH, nuevos propietarios de la empresa cárnica.
En el primer semestre de este año, la retribución de los consejeros de la compañía ascendió a 5,93 millones, más del doble con respecto a los 2,69 millones del mismo periodo de 2013. Por su parte, la remuneración de los consejeros ejecutivos pasó de 1,9 millones a 5,8 millones, según la documentación remitida este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por Campofrío. La diferencia (los citados 3,1 millones) “se debe principalmente a la compensación efectuada por rescisión de las relaciones laborales”, explica Campofrío.
Hasta junio, el grupo, que ultima su despedida del parqué tras 26 años cotizando en la bolsa española, registró unas pérdidas de 4,2 millones, frente al beneficio de 1,1 millones de un año antes, por la contribución de algunas participadas puestas en equivalencia en el primer trimestre del año.
Sharpe, consejero delegado de Campofrío desde 2008, había sido nombrado a instancias del antiguo accionista de referencia de la compañía, la estadounidense Smithfield, que fue adquirida por WH en junio del año pasado. Su salida se anunció el pasado 30 de diciembre, unos días después de que el grupo chino anunciase una alianza con la mexicana Sigma para repartirse el capital de la empresa mediante una opa conjunta.
Sigma había irrumpido un mes antes en el capital de Campofrío tras adquirir el 45,8% a otros socios, entre ellos la familia fundadora, los Ballvé (12,4%), el fondo Oaktree, dueño de Panrico (24,2%) y La Caixa (4,17%), y aprovechó que WH estaba obligada a lanzar una opa por el 100% al haber superado el 30% del capital de Campofrío para lanzar su propia oferta y, a la postre, forzar un acuerdo con el grupo chino.
Sustituido en enero por Fernando Valdés, un directivo de la casa, Robert Sharpe era uno de los siete ejecutivos de la compañía que tenían un contrato blindado al cierre de 2013, frente a los cuatro de un año antes.
Actualmente, el único consejero ejecutivo del grupo (Valdés es CEO pero no está en el consejo) es el presidente, Pedro Ballvé, que permanece como presidente ejecutivo de la empresa que fundó su padre en 1952.
Ballvé, que lleva tres décadas al frente de Telepizza, se ha asegurado seguir en la presidencia cinco años más (hasta que cumpla los 65), así como la recompra, por 31,5 millones de euros de un 5% de Campofrío mediante un crédito blando concedido por Sigma, a cinco años y un tipo de interés anual del 3,57%. Además, tiene una opción adicional para alcanzar hasta el 12,4% que tenía antes de la irrupción de Sigma.