Respiro financiero para Esther Koplowitz. La principal accionista de FCC ha salvado por el momento una delicada situación al lograr que sus acreedores personales, BBVA y Bankia, le den un mes y medio más de plazo para terminar de concretar la refinanciación de una deuda que supera los 1.000 millones de euros. En esta operación pretende contar con el apoyo financiero del multimillonario estadounidense George Soros.
Con este compromiso, Koplowitz logra evitar, de momento, que sus acreedores procedan a ejecutar las garantías ligadas a su deuda personal. La prenda en cuestión no es otra que la participación de la empresaria en FCC, que asciende actualmente al 50,01% del capital.
En los últimos días se habían producido significativos avances en las negociaciones después de que BBVA y Bankia rechazaran las dos ofertas que les había trasladado Soros para comprar la deuda de Esther Koplowitz. La significativa quita que incluían las propuestas del multimillonario, poseedor de una de las mayores fortunas del mundo, valorada en más de 20.000 millones de dólares, provocó el rechazo de los bancos.
De ahí que las conversaciones derivaran en busca de otras fórmulas para desbloquear la situación. Fuentes del mercado apuntan que a mediados de semana las negociaciones con la banca estaban prácticamente cerradas, con un principio de acuerdo sobre la base de un esquema que, a grandes rasgos, supondría la entrada de Soros como accionista de B 1998, la sociedad instrumental a través de la que Koplowitz controla su participación en FCC.
La empresaria cuenta con un 90% de la patrimonial (el 10% restante se lo reparten Caixabank y los propietarios de Bodegas Faustino) con lo que podría desprenderse de hasta casi un 40% de la misma sin perder su control y, por lo tanto, el del grupo de construcción y servicios, un punto de partida que siempre ha considerado irrenunciable.
Una operación muy compleja
De este modo, Koplowitz obtendría liquidez para afrontar con garantías la refinanciación de su deuda, toda vez que desde que a finales de 2012 FCC suspendió el dividendo con el que retribuía a sus accionistas la empresaria se quedó sin ingresos recurrentes para atender el servicio de la deuda.
Sin embargo, en las últimas horas el clima de consenso se ha enfriado un tanto, lo que ha llevado a las partes a darse un poco más de tiempo, hasta mediados de septiembre, para terminar de concretar una operación que cuenta con múltiples complicaciones.
Tanto Bankia como BBVA han declinado realizar comentarios al respecto de la información.
Este principio de acuerdo no deja de ser una patada hacia adelante que no solventa los problemas financieros de Esther Koplowitz. El tiempo que ha conseguido ganar deberá ser invertido en diseñar una operación que cuenta con muchas aristas y que deberá determinar la cantidad que termina por invertir Soros y la forma en que lo hace.
Inquietud por la ampliación de capital
A la banca acreedora le preocupa especialmente la situación de la ampliación de capital que FCC tendrá que afrontar a medio plazo para asegurarse el repago de la parte de deuda convertible que pactó con la banca en su última refinanciación. Esther Koplowitz deberá suscribir esa ampliación pues, de lo contrario, su participación en FCC quedaría diluida por debajo del 50%.
Por lo tanto, la empresaria deberá disponer de liquidez para afrontar esta operación o, de lo contrario, volvería a ponerse en peligro el pago de su deuda personal.
Soros cuenta con una participación de en torno al 3% en FCC, una inversión precisamente derivada de los problemas de Esther Koplowitz con sus acreedores. A finales del pasado ejercicio, la empresaria tuvo que poner a la venta un 3,8% de la compañía para atender las obligaciones con Bankia y BBVA, habida cuenta de que, por entonces, ya no contaba con el ingreso del dividendo del grupo de construcción y servicios.
El multimillonario estadounidense adquirió parte del paquete que puso a la venta Koplowitz y se convirtió en accionista de FCC siguiendo los pasos del cofundador de Microsoft Bill Gates, que el pasado mes de octubre compró casi toda la autocartera de la compañía, algo más de un 6% del capital.