Los cuarteles generales de Cerberus echan humo debido a la, por ahora, fallida operación de compra del Valencia Club de Fútbol. Los responsables del fondo oportunistas estaban convencidos del éxito de la operación al contar con el aval de la Generalitat valenciana y su presidente, Alberto Fabra, una cuestión que quedó ratificada en un encuentro que mantuvo con dos de las cabezas visibles de Cerberus en España y, además, muy relacionados con el Partido Popular: Juan Hoyos y José María Aznar Botella.
El encuentro se produjo en pleno proceso de presentación de ofertas por parte de los interesados en participar en la venta del paquete mayoritario de las acciones del Valencia. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, Hoyos y Aznar junior se vieron las caras con Fabra y con un invitado "sorpresa": el ex presidente del Gobierno valenciano y hombre fuerte del PP en Valencia durante muchos años Eduardo Zaplana, todo un poder fáctico en la región y en el partido.
La reunión tuvo lugar en la sede de Bankia, algo nada casual habida cuenta de que, como principal acreedor del club valencianista, tiene mucho que decir en el proceso.
De los más de 300 millones de deuda que acumula el Valencia, unos 220 corresponden a la entidad financiera, que ya ha manifestado que no aceptará ningún tipo de quita, mientras que el resto pertenece a la Fundación, tenedora de la mayoría del paquete accionarial del club.
Los responsables de Cerberus abandonaron la reunión convencidos de que el éxito estaba asegurado, teniendo en cuenta los apoyos con los que contaba. No en vano, el fondo oportunista ha aparecido en escena de la mano de Alberto Fabra, que apostó por él para darle una solución política al problema del Valencia.
Peter Lim, contra pronóstico
La opción del Gobierno regional ganó aún muchos más enteros cuando se cayó la que proponía el Ayuntamiento, con Rita Barberá a la cabeza, un grupo de capital árabe. Sin embargo, éste no pasó la primera criba del proceso por lo que el camino quedaba despejado para las huestes de Hoyos y Aznar junior.
También quedó fuera casi desde el primer momento Wanda, sociedad controlada por el inversor chino Wang Jianlin, que se vio sin opciones y prefirió intentar la oportunidad del Atlético de Madrid.
Cerberus tenía que competir con los rusos de Zolotaya, que de acuerdo con las fuentes citadas llegaba de la mano del ex presidente del F.C.Barcelona Joan Lapoprta y que también han quedado desencantados con el resultado del proceso. Desde el punto de vista económico, ellos presentaron una de las mejores opciones, junto a Cerberus, mientras que el inversor asiático Peter Lim quedó rezagado.
Para sorpresa de todos, Lim fue el elegido por la Fundación para ser el comprador del paquete mayoritario que está en sus manos. Sorpresa pero menos porque en la capital del Turia todos saben que el inversor de Singapur llegaba avalado por el actual presidente del club, Amadeo Salvo, al que habría asegurado su continuidad en el sillón presidencial a cambio de aceptar su propuesta.
La negociación con Bankia
Así las cosas, el camino que parecía encauzado desde el punto de vista político para Cerberus se ha torcido de forma inesperada. No obstante, el fondo oportunista permanece a la expectativa, toda vez que Lim está dispuesto a asumir los casi 90 millones de euros de deuda que acumula la Fundación, entre el principal y los intereses a cuyo pago lleva faltando desde hace bastante tiempo, pero no sucede lo mismo con los 220 millones de Bankia.
Está por ver si la entidad financiera se mantiene firme y no acepta la quita que pretende Lim y que supone cerca del 50% de la deuda total. Si así fuera, Lim, que cuenta con el apoyo del conocido agente de futbolistas portugués Jorge Mendes (representante, entre otros muchos, de Cristiano Ronaldo), volvería a dar la espantada a la hora de adquirir un club de fútbol y no sería la primera vez.
Si este escenario se confirma, Cerberus parece tener el camino despejado, aunque la indignación ante el desarrollo del proceso no será fácil que desaparezca.