El presidente de la Comisión de los Mercados y de la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, ya tiene armada la estructura de poder del nuevo superregulador y no quiere fisura alguna en su funcionamiento. Después de haber nombrado a un consejo afín y a todos los directores de área (Competencia, Energía, Telecomunicaciones y Sector Audiovisual, y Transportes y Sector Postal), estos días le toca el turno a los segundos niveles.
Y en el área de la Energía, habrá borrón y cuenta nueva para dejar atrás la anterior etapa, marcada por la polémica gestión del presidente de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Alberto Lafuente. Ninguno de los cuatro directores que arroparon al anterior presidente en las decisiones del regulador energético tendrá cargo en la nueva CNMC.
Por indicación de Marín Quemada, el nuevo director de Energía, Fernando Hernández Jiménez-Casquet, hombre de absoluta confianza del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, ha prescindido de los servicios de los que fueron directores de la CNE: Luis J. Sánchez (Energía), Raúl Yunta (Hidrocarburos), María Jesús Martín (Regulación y Competencia) y Pablo Villaplana (Mercados Derivados de energía).
Alberto Lafuente maniobró en el último año para contentar al nuevo Gobierno desde la CNE, cuya actividad quedó casi paralizada, pero no ha conseguido colarse en el consejo de la CNMC
Los otros dos directores del equipo de Lafuente, Santiago García (Inspección y Liquidación) y Antonio Fernández Segura (Gerencia), dejaron el regulador porque sus competencias ahora han sido asumidas por el Ministerio de Industria y Energía.
Fuentes de la CNMC confirmaron a Vozpópuli que “el director de Energía ha designado a su equipo de confianza y ha nombrado provisionalmente a los subdirectores de cada área. Paralelamente se ha convocado el concurso público para la designación definitiva”.
La CNMC se compromete a reubicar internamente a los cuatro directores defenstrados, pero les está ofreciendo puestos muy por debajo de su actual escalafón
Los cuatro ex directores que ahora se quedan sin cargo no saldrán de la CNMC, sino que serán reubicados en la organización, señalan estas fuentes. Sin embargo, otras fuentes internas señalan que a estos cuatro directores se les están ofreciendo puestos tres o cuatro puestos por debajo de su anterior escalafón, en lo que parece una “invitación encubierta para que se vayan de la CNMC”.
El propio Lafuente y su equipo lo tenían muy difícil para tocar poder en el nuevo superregulador. El ex presidente de la CNE maniobró durante todo este año para no molestar al Gobierno del PP con sus decisiones y dejó casi paralizado el funcionamiento del regulador energético. También hizo algo similar el presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), Bernardo Lorenzo, a la espera del reparto de cargos en la nueva CNMC, señalan fuentes empesariales.
Ninguno de los dos ha conseguido finalmente colarse en el consejo del superregulador. En el caso de Lafuente era aún más difícil porque fue nombrado en julio de 2011 por el Gobierno de Zapatero sin el consenso del PP y desde el minuto uno, Cristóbal Montoro, por entonces en la oposición, advirtió al presidente y consejeros de la CNE que en cuanto el PP llegara al poder serían destituidos. Así ha sido.
La CNMC se creó por decisión del Gobierno para integrar varios organismos entre los que destacan los tres más importantes: la CNE, la CMT y la CNC. La decisión del Ejecutivo ha sufrido duras críticas desde Bruselas por varios motivos, entre ellos las dudas sobre la independencia de actuación del nuevo regulador y su capacidad para perseguir las prácticas anticompetitivas y de posición de dominio.