Codere afronta un complicado escenario de vencimientos el próximo día 15 y son muchos los que especulan con una suspensión de pagos. Esta semana, irrumpió el fondo oportunista (buitre, como se le denomina peyorativamente), aflorando una participación superior al 4%. Algo que olía a liquidación por derribo e intento de repartirse las partes, pero Anchorage se vio antes con la ejecutiva de Codere, ofreciendo ayuda. Como gesto amistoso, pactó esta entrada.
Así lo afirman fuentes financieras, aunque desde Anchorage no hacen declaraciones. Pero Anchorage ha hecho públicamente gala de que no es un fondo buitre, sino un inversor con proyecto industrial. En La Seda ha sostenido desde el principio que no viene a trocear la comoañía y continúa a la espera de lograr un acuerdo con las entidades financieras que tienen la deuda con la entidad, para evitar el concurso necesario de acreedores.
De momento no han trascendido los términos con los que quiere apoyar la gestión, aunque ayer Codere reconoció mediante Hecho Relevante estar en conversaciones avanzadas con un fondo para solucionar sus problemas de financiación. Las fuentes consultadas insisten en que estos tratos tienen lugar con Anchorage.
Los dueños, desde luego, parecen decididos a poner toda la carne en el asador y solventar el complicado calendario que afrontan. Habrá que ver si aparecen nuevos players en esta historia oportunista, que Anchorage ha detectado con claridad meridiana.