El provechoso sector del juego promete ser el próximo campo de batalla que sirva como escenario de la guerra que mantiene la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, contra la oposición. Pero el fuego cruzado podría provocar daños colaterales en empresas españolas que operan desde hace tiempo en el país latinoamericano. En concreto, Cirsa, que opera en la ciudad de Buenos Aires; y Codere, que se vería en principio menos afectada al operar con licencias otorgadas por la provincia de Buenos Aires.
El boyante negocio del juego proporciona notables ingresos a la ciudad de Buenos Aires, cuyo ayuntamiento está en manos de Mauricio Macri, adversario político de Cristina Kirchner y que controla uno de los pocos bastiones de poder que no están en manos de la presidenta.
Precisamente, en el entorno de la oposición han comenzado a circular comentarios sobre la posibilidad de que el Gobierno se plantee cortar una de las más importantes fuentes de ingresos de la ciudad de Buenos Aires, para contribuir a la asfixia financiera de la administración liderada por Macri.
De este modo, determinada prensa argentina ha publicado artículos que hablan sobre una posible nacionalización de las concesiones de licencias de juego en la capital para que los citados ingresos pasen a ser controlados por el Gobierno central. Una medida como esta afectaría principalmente a Cirsa, que tiene la concesión del casino de Puerto Madero, una de las zonas más elitistas de la ciudad de Buenos Aires.
Desplome en bolsa
No obstante, la compañía asegura que ni ella ni los socios argentinos con los que opera en el país han recibido comunicación alguna del Gobierno acerca de estos supuestos planes de nacionalización.
Las concesiones de Codere, que lleva presente en Argentina desde la década de los 80, no dependen de la ciudad de Buenos Aires sino de la provincia, con lo que, en principio, no estarían afectados por una posible nacionalización de las concesiones de licencias de juego.
Sin embargo, su condición de empresa cotizada le ha penalizado. Los rumores surgidos en la prensa argentina han afectado de forma notable a su cotización. Desde el cierre del pasado viernes, las acciones de la compañía se han dejado algo más de un 23%. Ayer, Codere se dejó un 4,8%, hasta 3,37 euros.
Por el momento, no hay confirmaciones oficiales y los rumores surgidos en Argentina forman parte de las escaramuzas políticas en el país latinoamericano. Pero la incertidumbre ya se ha instalado en las empresas. Los antecedentes no son especialmente tranquilizadores.