Los inversores aplauden el severo plan de recortes que anunció Deóleo el 28 de octubre y en solo 70 días el valor sube un 50% tras marcar mínimos históricos, apenas 17 céntimos por título, en julio. La 'salvación' ha sido vender de golpe dos fábricas de las cuatro que disponía, una en Inveruno (Milán) de Carapelli y otra en Antequera (Málaga) a la cooperativa Dcoop, que la propia Deóleo había comprado en 2012.
Con respecto a la plantilla de Rivas Vaciamadrid, donde se ubica la sede y la mayoría del personal administrativo, el ajuste está en marcha dado que ha quedado sobredimensionada.
Ahora, Deóleo cuenta como uno de esos "chicharros" o valores pequeños que más están subiendo y la euforia ha vuelto, al menos en el ámbito bursátil. Es uno de los 5 valores más alcistas del año y puede recuperarse siempre que consiga controlar los costes. La compañía aseguraba en marzo tener más de 2.000 referencias de las que solo 100 se vendían. Herencias del pasado que no había sabido cortar de raíz.
CVC aún está lejos de recuperar los 40 céntimos por acción que pagó en 2014, pero la evolución de las últimas semanas hace pensar en el milagro. La compañía ya no lidera en España, donde ha caído del 12% al 8% de cuota de mercado en el último año, pero centra sus esperanzas en Estados Unidos y en sus tres marcas italianas: Carapelli, Bertolli y Sasso, arrebatadas a precio de burbuja al capital italiano
El viento general del sector es favorable, y el precio del aceite de oliva virgen extra sube como la espuma en esta nueva campaña de recogida de oliva ante la presencia masiva de compradores italianos como muestra este gráfico.
En septiembre, la cuota de mercado de Deóleo en España había caído dramáticamente del 12 al 8% en sólo 12 meses, lo que aceleró la destitución de su CEO Manuel Arroyo, que había llegado desde Coca-Cola, y su sustitución por Pierluigi Tosato. Arroyo aplazó las medidas drásticas que se precisaban, aseguraban en el entorno de la compañía, mientras que el ejecutivo italiano no tiene intención de hacer lo mismo.
El accionista mayoritario CVC, que compró la parte de la compañía que tenían las cajas de ahorro -Deóleo estuvo gestionada por Mariano Pérez Claver, implicado en las tarjetas black- aún tiene una minusvalía notable en el valor que compró. La empresa, heredera de SOS, tiene aún un conflicto abierto con sus anteriores gestores, los hermanos Salazar, que endeudaron a la compañía en 1.500 millones de euros y están acusados además de llevarse 240 millones, para lo cual hay pendiente una sentencia de la Audiencia Nacional.
El margen de subida de la acción de la única aceitera cotizada española, una rara avis con capital extranjero en un mundo de empresas familiares, es amplio como puede verse.