La empresa energética alemana E.ON pretende vender todas sus operaciones en Italia y España, como parte de una estrategia más amplia para concentrar su negocio europeo en su mercado de origen, Alemania, según informa este viernes el semanario Der Spiegel sin citar fuentes. "Revisamos constantemente nuestras opciones estratégicas para la optimización de nuestra cartera a través de nuestro grupo”, explicaron fuentes de la compañía, que se negaron a hacer comentarios sobre el informe filtrado.
La desinversión incluiría tanto las centrales eléctricas convencionales propulsadas por carbón y gas como aquellas de energías renovables, como la eólica, los parques solares o las plantas hidroeléctricas. La nueva estrategia de E.ON mantendrá el foco de atención en los mercados energéticos de Reino Unido y Suecia.
La compañía opera plantas de energía con una capacidad de más de 6,2 gigavatios-en Italia y unos 4,5 gigavatios-en España. E.ON se expandió en estos mercados después de un fallido intento de comprar la eléctrica española Endesa SA en 2008. Endesa en cambio se vendió a la italiana Enel SpA, que a su vez acordó la venta de algunas plantas de energía y los activos de distribución de energía en Italia, España y Francia a E.ON. Esa operación tuvo un valor aproximado de 11.000 millones de euros.
La expansión de E.ON en el sur de Europa estaba orientada inicialmente a cosechar los beneficios del fuerte crecimiento económico en la región. Sin embargo, la crisis financiera mundial y la consiguiente crisis de la deuda soberana en la zona euro truncó los planes.
La situación económica y los fuertes subsidios europeos a las energías renovables se han traducido en un exceso de capacidad de energía, lo que ha deprimido los ingresos de las empresas de servicios públicos en todo el continente. La situación se agrava más aún por la intervención del gobierno en los mercados energéticos, incluida la introducción de nuevos impuestos.
Al igual que muchos otros generadores de energía, E.ON ha respondido mediante la reducción de costes, la reducción de la inversión y la venta de activos por valor de más de 18 millones de euros. También ha cambiado su enfoque hacia los mercados emergentes fuera de Europa, incluyendo a Rusia, Turquía y Brasil, en previsión de un mayor crecimiento de la demanda de energía que en sus mercados europeos.