El ajuste en el precio de la vivienda consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria no se está registrando de forma homogénea, lo que ha hecho que las diferencias de costes en los diversos emplazamientos se hayan estrechado de forma notable. El caso más paradigmático es el de la costa, donde los pisos son en promedio más caros y donde subieron más rápidamente en la época del ‘boom’.
Cuando estaban a punto de aparecer los primeros síntomas del estallido de la burbuja, una vivienda en la costa mediterránea era un 36% más cara que una en las islas, el emplazamiento donde las casas eran más baratas, de acuerdo con las cifras facilitadas mensualmente por la tasadora Tinsa. En relación con la media general, los pisos en la costa eran cerca de un 12% más caros.
Los últimos datos reflejan uno de los efectos más llamativos de la crisis. La costa y las islas siguen siendo los extremos en el caso de los precios, lo más caro y lo más barato pero la distancia se ha acortado hasta poco más del 7%. Mientras, la diferencia con la media global ni siquiera alcanza el 2%.
Los expertos recuerdan que las viviendas en la costa fueron las que registraron mayores incrementos de precio durante la época del ‘boom’ inmobiliario, en plena gestación de la burbuja. Así, estas viviendas experimentaron incrementos de precio interanuales que superaron el 20% durante dos años consecutivos, concretamente 2004 y 2005. “No es de extrañar que también hayan sido las viviendas que han sufrido una mayor corrección”, indica un consultor del sector.
La importancia de la ubicación
De acuerdo con las cifras de Tinsa, el ajuste de las viviendas en la costa en los últimos cinco años roza el 40%, frente al 33% de la media general. Sin embargo, en los últimos doce meses, los pisos en las áreas metropolitanas y en las grandes ciudades han registrado mayores correcciones que los de la costa. En concreto, en las grandes ciudades su precio se ha reducido cerca de un 15% mientras que la rebaja en las áreas metropolitanas se ha aproximado al 13%, frente a un 12% de la costa.
“Hace unos años, cuando se preguntaba cuánto cuesta una vivienda, la respuesta inmediata era: ‘depende de su ubicación’. Ahora sigue siendo un factor a tener en cuenta pero cada vez menos”, indica la fuente.