Todo funciona, como en el caso de negocios como Deliveroo o Cabify, en torno a una aplicación móvil y a una web. Un cliente tiene una necesidad -cortarse el pelo, peinarse, o hacerse las uñas- y lo pide a través de la app. En unos minutos un profesional se desplaza hasta su domicilio e incluso puesto de trabajo, hace su trabajo, y se marcha.
Se llama Urvan y es un negocio en el que, como en Cabify, a priori, ganan casi todos. El cliente porque tiene el servicio que desea en casa, el trabajador porque se lleva en este caso el 80% del coste del servicio y la empresa porque el 20% restante va a parar a su bolsillo. Uno de sus trabajadores -son autónomos- asegura que ella ha llegado a ganar hasta 2.000 euros al mes trabajando ocho horas al día los cinco días de la semana.
El precio, por ejemplo, de un corte de pelo -la empresa se centra en la belleza tanto para chicos como para chicas-, parte de los 14 euros, y quien lo realiza es un profesional que ha debido pasar hasta cinco filtros antes de comenzar a trabajar para Urvan.
El servicio pretende ofrecer los mismos precios y calidad que las peluquerías de gama media y alta
Sus precios compiten directamente con muchas de las peluquerías y centros de estética a pie de calle, que se antojan los principales damnificados. Es más o menos lo que el sector del taxi a Cabify. El precio del servicio cambia en función de dónde y a qué hora tenga que prestarse. No es lo mismo el centro de la ciudad que las afueras, ni atender a un cliente a las seis de la mañana que a las 12 de la noche, franja horaria en la que se ofrece el servicio.
"La idea es ser comparables en calidad y precio a una peluquería de gama media y alta. Queremos llevar este servicio allí donde se encuentre el cliente: un hotel, en casa, en su trabajo...", asegura Rodrigo Silva-Ramos, fundador de la compañía, que pretende expandirse por Europa y Sudamérica.
En Madrid, donde operan desde julio, han atendido ya a 3.000 clientes, con una media de unos 30 diarios, y su 'plantilla' cuenta en la capital con 30 empleados y una tasa de repetición de casi el 70%. En Valencia comenzaron a dar servicio en octubre y cada mes se suman diez nuevos profesionales para asumir la demanda, aseguran desde la empresa.