El diario 'The New York Times' sigue con su campaña para denunciar la situación en que han quedado aquellos que apostaron por las energías renovables en España cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a pagar unas suculentas primas, y que luego han visto cómo el Ejecutivo de Mariano Rajoy ponía fin, de forma retroactiva, a estas primas. En esta ocasión el periódico americano viaja a la localidad costera de Águilas, en Murcia, para contar el caso de Justo Cruz Rodríguez, un pequeño empresario que "hipotecó su casa, la casa de su padre e incluso su tienda para instalar 6 paneles solares en el jardín de su padre, con la idea de vender el exceso de electricidad". "Parecía muy seguro porque tenía la garantía del Gobierno", ha asegurado Cruz.
Sin embargo, denuncia 'NYT', el Ejecutivo español "ha cambiado, y ahora planea pagar menos, mucho menos. Según la legislación que entra en efecto este año, impondrá recortes retroactivos en los pagos" además de hacer a los productores solares pagar un recargo por la electricidad que generan y usan ellos mismo, una medida que se ha llamado el "impuesto al sol".
Destaca el diario que España sí que tiene razones para pasar a la acción, entre las que destaca su déficit de tarifa, creado por no pasar durante años el coste real de la producción de energía a sus consumidores. Destaca que el déficit crecería si no se tomaban medidas.
Desde el extranjero se observa
Sin embargo, se destaca que "desde el resto de Europa se está viendo a España muy de cerca", ya que "miles de inversores en energía solar se enfrentan ahora a la insolvencia, y quizás a la angustia, de tener que afrontar recargos por usar su propia energía eléctrica sin tener que depender de la red de abastecimiento nacional.
"Cuando un gobierno cambia los términos de contratos existentes, es una mala señal", asegura Toby Couture, consultor energético de E3 Analytics en Berlín, que cree que el Gobierno tendrá problemas cuando pretenda impulsar cooperaciones público privadas para cualquier tipo de desarrollo, como plantas de tratamiento u otro tipo de infraestructuras. "Hay razones por las que vivimos bajo contratos", asegura, "y es que si estás todo el rato cambiando las reglas del juego, al final tus amigos no querrán jugar. El Gobierno ha perdido credibilidad".
Recuerda el diario que España estuvo una vez "en la vanguardia del movimiento de energía solar", y que está cerca del objetivo de la UE: generar el 20% de la energía de fuentes renovables en 2020. Los expertos dicen que el Gobierno nunca esperó tanta inversión y nunca pensó siquiera una forma de pagarla. Sin embargo, desde fuentes oficiales españolas se dice que no hubo otra opción a reducir los pagos, y que los costes de los paneles solares han caído en los últimos años.
Estado de shock
Sin embargo, el nuevo sistema de pagos ha dejado a muchos inversores como Justo Cruz -también a muchos norteamericanos, tal vez el motivo de que se haya hecho este artículo- en un estado de shock. "Ahora lo voy a perder todo", dice Cruz situándose al lado de los paneles en los que invirtió para asegurarse su jubilación "Seré un sin techo. A mi edad, un sin techo".
Y es que, apunta el rotativo yanqui, "ninguna medida para cortar el déficit de tarifa ha sido tan drástica como la reducción de pagos a cerca de 60.000 productores de energía solar, 50.000 de los cuales son pequeños inversores como el señor Cruz", según la asociación de energía solar española.