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La presión por hacer entregas de última hora vuelve "paranoicas" a algunas compañías

La logística de última hora asegura pérdidas por el momento a los operadores.

  • El anuncio de Glovo, con un mensajero llevando un envío al cliente

Una nueva moda parece haberse implantado en el sector logístico, el que más está creciendo debido a la explosión del e-commerce en los últimos 2 años. Se trata de los envíos exprés, entregas que normalmente se realizan en una hora o dos como máximo. El Corte Inglés lanzó su oferta exprés en diciembre de 2015 (en 2 horas) y este mes de julio Amazon hizo lo propio con su servicio Prime Now. Estos dos gigantes tiran del carro, pero muchos otros quieren ofrecer lo mismo. Tras la presión de la entrega en una hora, podrá llegar la entrega en media pero, ¿realmente esto está siendo una demanda de los clientes?

"Estamos en una paranoia imparable. Yo creo que la velocidad y la exigencia sólo tiene sentido en ciertas categorías o experiencias de compra, como la restauración, pero no en todas", aseguró el pasado jueves el CEO de Ulabox Jaume Gomà durante un evento de retail esta semana. Su supermercado online sólo funciona por el momento en grandes ciudades, los mismo espacios donde tiene sentido plantearse una logística exprés.

"Tenemos un servicio con entrega de click & collect en España. Lo que vemos es que a pesar de que lo puede recoger a las 3 horas, a veces no dudan en tardar 4 días o ir la semana siguiente. Estamos en un momento en que medir es importante y hay que poner racionalidad. La clave no es a ver quien entrega antes, sino dar variedad de entrega", continua Gomà.

Agentes como VISA cuestionan un crecimiento alocado que no intente ganar dinero

En cierto modo, hay muchos agentes del sector logístico y retail que tratan de prevenir de la deriva de intentar ser los primeros a toda costa: "Está muy bien todo lo de poner al cliente en el centro y tratar de ofrecerle el mejor servicio con una entrega lo más rápido posible. Pero en un juego en el que han entrado los gigantes digitales, hay que recordar que lo importante es que el negocio sea sostenible a medio plazo", aseguró Eduardo Prieto, director comercial de VISA.

De igual modo, también desde Carrefour, que se define a sí mismo como "el tercer marketplace de España" (tras Amazon y ECI, se entiende) hay bastante escepticismo por lo que pueda deparar el futuro y si las entregas inmediatas se generalizarán en él.

Las empresas no dan datos sobre este nuevo negocio de entregas 'last minute'. El Corte Inglés se limita a decir que crece, al igual que Amazon que no facilita los datos ni siquiera de su negocio core. Tan sólo Juan Roig fue sincero y este año aseguró que Mercadona perdía "40 o 50 millones de euros con la compra por internet".

Los que apuestan por la velocidad

Sin embargo son muchas las compañías que en los últimos tiempos tratan de hacerse un hueco en negocios logísticos con entrega de última hora. Tal es el caso de Inminute, una startup que a través de una app y de la tecnología ofrece servicios de entrega en menos de dos horas. Según Luis Sanz, la intención es "hacer que el pequeño comercio pueda tener la capacidad de hacer entregas exprés como hacen Amazon o El Corte Inglés". A través de una app geolocalizada, las compañías incorporan en sus webs la posibilidad del envío a domicilio, algo que realizan a través de una flota de mensajeros autónomos que normalmente van en moto.

"Este servicio tiene sentido en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. En una ciudad mediana siempre tienes algo de tiempo para ir y comprar tú. Pero en las grandes urbes la vida va más rápido y el tiempo escasea. Quieres un producto y lo quieres para ahora, no para mañana", asegura Sanz, quien reconoce que hay parte de moda en los envíos exprés pero también una necesidad creada que un tipo de clientes ya no abandonará nunca. Gracias a la tecnología, asegura, "las pymes pueden competir con las grandes".

Un modelo inspirado en este "yo te lo traigo", si bien con matices, es el de Glovo, declarada una de las startups más 'hot' del mercado. Con presencia en Madrid, Barcelona, Valencia, Milán, París, Sevilla, Málaga y Zaragoza, aquí el concepto varía un poco: consiste en una app mediante la que puedes pedir a un mensajero que te traiga una compra determinada, que puede incluir alimentación, unas flores o una compra de cualquier tipo. Óscar Pierre, vicepresidente de la compañía barcelonesa, asegura que las entregas se hacen en unos 30 minutos. Por geolocalización, un mensajero freelance interesado en hacer el servicio puede aceptarlo, de igual modo que se hace con los taxis de Uber.

Este servicio, que intenta usar un poco las ganas de comodidad del cliente y también necesidades urgentes que no pueden postergarse, lucha por tener entre 7 y 9 euros de comisión por cada viaje, por lo que busca tickts altos. Pierre asegura a este diario que "primamos los pedidos que están cerca del cliente y los lejanos los penalizamos más. Es la forma de asegurarse la rentabilidad".

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