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EEUU ultima una regulación anticrisis que penaliza a Banco Santander: la matriz responderá de la filial

Banco Santander y la patronal bancaria preparan alegaciones ante las autoridades estadounidenses, después de que éstas presentaran un proyecto de regulación que supondría que el banco presidido por Ana Botín tendría que comprar los bonos emitidos por la filial susceptibles de sufrir pérdidas.

  • José Antonio Álvarez, consejero delegado del Banco Santander.

Las autoridades regulatorias estadounidenses han presentado un borrador de normativa de aplicación del llamado TLAC (Capacidad Total de Absorción de Pérdidas, por sus siglas en inglés) que perjudicaría a Banco Santander, como entidad financiera multinacional con filiales independientes (un caso similar al de HSBC o BNP Paribas, entre otros).

La del TLAC es la normativa que fija el conjunto de fondos propios, capital regulatorio y activos subordinados que dentro del balance de un banco son susceptibles de sufrir pérdidas en caso de que una entidad deba ser intervenida. Las autoridades de resolución a nivel internacional (y entre estas la estadounidense) están ultimando los diseños de estas regulaciones, con el fin de fijar los niveles de capital y (y bonos subordinados) que ha de tener cada uno de los bancos sistémicos, entre los que se encuentra Santander.

La normativa impone a las matrices de los bancos internacionales la obligación de comprar la totalidad de los bonos susceptibles de pérdidas

Según reconoció el propio consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, durante el pasado XI Encuentro del Sector Bancario organizado por la escuela de negocios IESE, las intenciones del regulador de EEUU es aprobar una normativa que imponga a las matrices de los bancos internacionales la obligación de comprar la totalidad de los bonos susceptibles de pérdidas (o bailinables) emitidos por la filial residida en Estados Unidos.

De 50 a 60 millones de euros de coste

Es decir, que la filial de Santander en EEUU, aunque a todos los efectos es una entidad independiente, tendrá que emitir una cantidad aún por determinar de bonos subordinados. Pero éstos no se lanzarán al mercado, sino que deberán ser suscritos por la matriz del banco. Más allá del abuso regulatorio que, según fuentes consultadas por Vozpópuli, supone el hecho de hacer responsable a una matriz de una de sus filiales, lo cierto es que de aprobarse definitivamente esta normativa, la compra de dichos bonos supondría un coste para Santander de entre 50 y 60 millones de euros, según reconoció el propio Álvarez.

Una segunda derivada negativa de esta regulación es el hecho de que la emisión de bonos supone un crecimiento del activo del banco, lo que a su vez, por la propia forma de funcionar de la banca, conllevará un incremento del pasivo. "Como el TLAC en EEUU nos obligará a emitir los bonos, eso nos hará conceder créditos en países como Polonia que en realidad no necesitamos, ya que con esos bonos en el activo tenemos que hacer algo", explicó.

Los bancos afectados disponen de un plazo de unos 90 días para presentar alegaciones

Hace unas semanas, Vozpópuli se hacía eco de varios informes de agencias de rating internacionales que ya anticipaban la obligación de llevar a cabo milmillonarias ampliaciones de capital y emisiones de activos susceptibles de sufrir pérdidas en caso de que las entidades se vieran inmersas en una crisis de solvencia o liquidez. En el caso de Santander el déficit de capital bailinable estimado por la agencia Scope Ratings alcanzaba los 23.500 millones de euros.

Tiempo de alegaciones

Banco Santander y la patronal bancaria española, junto con el resto de bancos internacionales afectados (BNP, Deutsche, HSBC, entre otros), disponen de un plazo de unos 90 días para presentar alegaciones contra el proyecto de TLAC en Estados Unidos.

Hasta el momento la regulación se refiere a las entidades sistémicas

Hasta el momento, la regulación que han presentado las autoridades de EEUU se refiere a las entidades sistémicas (un grupo de 30 grandes grupos bancarios), y falta por ver si este mismo tipo de exigencias se extenderán a las matrices y filiales de otros bancos excluidos del grupo de los de importancia sistémica pero con filiales bancarias independientes en suelo estadounidense, como por ejemplo BBVA.

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