La red social Facebook prepara un cambio radical en su política de privacidad para adaptarse a las nuevas exigencias de la Unión Europea y para devolver el control de la información a unos usuarios cada vez más cautelosos respecto al potencial impacto que tiene la publicación de aspectos de su vida privada en internet. Según publicó este jueves el diario británico ‘Financial Times’, el gigante tecnológico busca el frágil equilibrio entre la gestión de datos que persiguen los anunciantes y la garantía de que sus más de 1.300 millones de usuarios se sigan sintiendo cómodos en la red social.
Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de Facebook, aseguró en la reunión anual del grupo que esta nueva estrategia marcará un "importante cambio cultural" para la empresa que responde a una de las preocupaciones más frecuentes de los usuarios.
La compañía con sede en Silicon Valley anunció que a partir de ahora, los usuarios nuevos solo compartirán sus mensajes con amigos, y no con todos los usuarios como pasaba hasta ahora por defecto. Asimismo, a los usuarios habituales se les facilitará una “prueba de privacidad” para ayudarles a configurar con mayor facilidad estos parámetros.
"Somos conscientes del perjuicio de compartir algo con todo el mundo cuando aparentemente está reservado solo a amigos”, afirma la compañía en su blog.
"Somos conscientes del perjuicio de compartir algo con todo el mundo cuando está reservado solo a amigos”
Con este movimiento, Facebook pretende imponerse frente a otras compañías que se disputan al segmento de usuarios más jóvenes, como Snapchat -que ofrece foto-mensajes que desaparecen tras ser vistos- o Whatsapp. Además, el cambio coincide con la decisión de la Unión Europea de obligar a Google a quitar los enlaces a datos personas que sean “inadecuados, irrelevantes o ya no relevantes”.
Para muchos, no es suficiente
Los defensores a ultranza de la privacidad se muestran precavidos ante el nuevo enfoque de Facebook. Marc Rotenburg, director ejecutivo de Electronic Privacy Information Center que presentó sus quejas en la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, consideró la nueva política como un esfuerzo para contentar a los reguladores más que un momento decisivo para Facebook.
"El anuncio de Facebook es literalmente una fachada y no se ocupa de los problemas de privacidad subyacentes de los usuarios", explicó al diario británico.