La recogida de basura en la capital de España promete dar guerra y, además, en año electoral. El Ayuntamiento de Madrid adjudicará en los próximos días el contrato de recogida de basuras de la periferia de la capital a la UTE formada por Urbaser (filial de servicios de ACS) y Cespa (Ferrovial), que han presentado una oferta de 55 millones de euros, algo más de un 10% de baja respecto al presupuesto recogido en el pliego de condiciones del concurso. Las condiciones económicas del contrato generarán conflicto con los trabajadores del sector puesto que implicará traslados mayoritarios de empleados y, además, supone un precedente peligroso para cuando dentro de poco más de un año se adjudique el contrato integral (centro y periferia).
Este martes, los sindicatos ya han manifestado su descontento en la Comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid cuando han conocido el contenido de las ofertas económicas. Mientras que la propuesta de Valoriza (Sacyr) presentaba una baja del 0,36% y la de FCC (actual contratista de la zona de periferia) era un 0,7% inferior a lo reflejado en el pliego de condiciones, la de la UTE Urbaser-Cespa se situaba en el 10,7%.
No obstamte, este porcentaje se iría por encima del 16% al contabilizar la cantidad que deberán pagar al anterior contratista en concepto de amortización de inventario (aproximadamente, unos cinco millones de euros adicionales).
El proceso de adjudicación está ahora pendiente del estudio de la propuesta técnica, aunque se da por hecho que la UTE Urbaser-Cespa no tendrá problemas para llevarse el gato al agua. La decisión podría hacerse oficial tras el consejo de Gobierno del Ayuntamiento del próximo jueves.
Peligroso precedente
Fuentes sindicales han indicado a Vozpópuli que la baja efectiva del 16% para un contrato como éste, con un horizonte temporal de sólo 13 meses, supone un peligroso precedente para el futuro contrato integral, que será mucho más voluminoso y con un horizonte temporal a más largo plazo.
Se calcula que, de confirmarse la adjudicación, aproximadamente el 60% de los empleados que actualmente trabajan en la recogida de basura en Madrid deberá trasladarse de centro al cambiar de compañía adjudicataria.
Además, la oferta de la UTE Urbaser-Cespa es la que menos renovación de vehículos incluía, con lo que difícilmente podrá paliar las más 30 averías diarias que se están produciendo actualmente, debido a que la flota cuenta con una edad media de unos 10 años. Una circunstancia que podría derivar en futuros sobrecostes.
Cabe tener en cuenta también que los ingresos de este tipo de contratos dependen del tonelaje de residuos que se recogen, una variable que ha experimentado un descenso del 30% desde el inicio de la crisis. Otro factor que hace que las cuentas difícilmente salgan con una oferta tan a la baja.