Florentino Pérez compareció en un desayuno organizado por Europa Press en un momento de lo más oportuno: 24 horas después de que Bruselas abriera expediente a España por presuntas ayudas públicas ilegales a siete clubes de fútbol, incluido el club que preside, el Real Madrid. Sin embargo, pocos o ningún detalle dio sobre uno de los aspectos investigados por la Comisión Europea: las operaciones urbanísticas entre el club y el Ayuntamiento de Madrid.
“Absurda” y “sangrante”. Con estos términos se refirió el presidente del Real Madrid a las investigaciones abiertas por el Ejecutivo comunitario sobre las operaciones inmobiliarias protagonizadas por el club blanco y las administraciones públicas de Madrid.
El foco de Bruselas se centra en una permuta de terrenos que aparece tanto en la operación que permitió la venta de la antigua Ciudad Deportiva y la construcción de la nueva, en Valdebebas, como en la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, actualmente en marcha.
La citada permuta cuenta con dos elementos dignos de investigar. En primer lugar, que se trata de un terreno que no puede ser vendido al estar destinado a equipamiento público. En estas operaciones ha sido vendido dos veces: del Ayuntamiento al Real Madrid y viceversa.
En segundo lugar, la venta del Real Madrid al Ayuntamiento se hizo por un precio 46,5 veces superior al que estaba valorado en el balance del club blanco, en plena crisis y con una notable caída de los precios de los terrenos.
Una campaña contra el fútbol español
No es extraño que Florentino Pérez pasara por estas cuestiones de puntillas y se limitara a descalificar las investigaciones de la Comisión Europea. Todo lo contrario ha sucedido con el otro aspecto por el que el Real Madrid (y otros tres clubes españoles, Barcelona, Ahtletic de Bilbao y Osasuna) están bajo la lupa del Ejecutivo comunitario: el hecho de que no se convirtiera en su día en sociedad anónima deportiva.
En este punto, Pérez no ha tenido problemas en señalar que la Ley del Deporte española permitía a esos clubes seguir siendo sociedades deportivas e incluso ilustró con cifras aspectos en los el Real Madrid se veía penalizado por no ser una sociedad anónima.
El presidente del Real Madrid fue más lejos y apuntó a que el movimiento de Bruselas se traduce en una campaña contra el fútbol español por sus éxitos deportivos, con lo que alimentó las tesis defendidas por el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, así como las opiniones más forofas que ha despertado la noticia del expediente de Bruselas.