Un estudio del Consejo Superior de Ingenieros de Minas viene a decir que el gas no convencional puede ser, con las necesarias cautelas, un maná para España. “Una oportunidad de futuro” para el país, dice el documento, presentado en Madrid este lunes por sus dos principales responsables: Ángel Cámara, decano del Colegio de Ingenieros de la zona Centro, y el veterano Fernando Pendás, también catedrático, aunque ya jubilado y además, consejero y accionista de una empresa con intereses en este negocio.
En resumen, el informe codirigido por Pendás, a quien el Colegio de Ingenieros identifica como catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo, considera que los riesgos de la polémica fractura hidráulica, el llamado fracking, están controlados; la técnica, que Estados Unidos utiliza desde hace décadas (aunque es inédita en España), está "probada y madura" y, por tanto, “debe avanzarse en las prospecciones".
El caso es que Pendás, que durante la presentación defendió que el fracking es "bueno" y "seguro", en declaraciones recogidas por Efe, se jubiló hace ya unos años, y con honores: el Instituto Geológico y Minero, actualmente dependiente del Ministerio de Economía, le dedicó incluso un voluminoso libro de homenaje en 2008. Y actualmente, está muy vinculado a una empresa a la que el fracking puede proporcionar alegrías en el futuro, Vancast Exploración, de la que, además de consejero, Pendás es accionista destacado, con el 14,4%, según la web de la compañía.
Presidida por otro veterano ingeniero de minas, Ignacio Díaz de Berrícano (exdirectivo de Repsol), Vancast Exploración tiene participaciones minoritarias en los consorcios titulares de siete permisos de investigación de hidrocarburos otorgados en el último lustro y que comprenden diversas áreas de búsqueda de petróleo y gas en las provincias de Cádiz, Asturias, Palencia y León. La empresa participa en esos consorcios (nunca con más de un 15%) junto a, entre otras empresas, la minera estatal Hunosa, Gas Natural Fenosa y el Ente Regional de la Energía de Castilla y León, dependiente de la Junta.
Dado el pequeño tamaño de Vancast, tener presencia en siete permisos activos no es mal registro. A cierre de 2011, último dato disponible en la Estadística del Ministerio de Industria, había 61 autorizaciones vigentes, frente a 40 sólo un año antes. No obstante, la cifra actual de permisos en vigor es muy probablemente superior a la de 2011.
Dedicada principalmente a la "promoción de nuevas áreas para exploración de hidrocarburos convencionales y no convencionales", Vancast también ofrece servicios de ingeniería técnica (estudios geológicos y de todo tipo de exploración de hidrocarburos y minería) y se dedica a la exploración de yacimientos, "incluyendo ejecución de los trabajos necesarios, estudios e interpretaciones que sean pertinentes", y "cualquier otra actividad, derivada, preparatoria o complementaria de las anteriores". Ha llevado a cabo, como ingeniería, trabajos de asesoría y consultoría para empresas como Repsol, Petroleum Oil & Gas España y Cepsa, entre otras, siempre según la web de la compañía, con la que no fue posible contactar.
El informe ofrece una visión "técnica, objetiva y experta", según los ingenieros
Este lunes, nadie en el Consejo de Ingenieros decía conocer las actividades de Pendás en Vancast. Dos miembros de la junta directiva del colegio, que pidieron el anonimato, expresaron su sorpresa y subrayaron, no obstante, la "independencia" del informe en su análisis sobre las posibilidades del fracking. Esta técnica está ya "sobradamente" desarrollada y puede "aplicarse con un riesgo similar al de otras actividades industriales”, según la federación de colegios de Ingenieros.
El informe, que dice que España cuenta con recursos de gas no convencional para 39 años de consumo, defiende que el potencial de este recurso en el país "es enorme, pero sus expectativas quedan ocultas por un gran déficit de exploración. El informe ofrece una visión técnica, objetiva y experta, que aporta transparencia y conocimiento sobre una actividad poco conocida y escasamente familiarizada con la cultura industrial española”, dicen los ingenieros del documento.
El estudio, en el que han participado una veintena de expertos "pertenecientes a la comunidad científica, organizaciones empresariales y representantes de los sindicatos UGT y CCOO, comprometidos en la sostenibilidad del abastecimiento energético y la protección del medio ambiente", minimiza el impacto medioambiental de una técnica polémica, rechazada por los ecologistas y por algunas comunidades autónomas, y considera "suficiente" la legislación actual dado que las prospecciones en España están actualmente en "fase preliminar".
"A largo plazo y a medida que se aproxime una hipotética explotación comercial", recomienda "una normativa nacional que agilice la tramitación administrativa de los permisos y licencias", refuerce las comprobaciones "ex post" y "estimule incentivos locales para trasladar retornos económicos al ámbito donde se generan los impactos".
También apuesta por "considerar un recurso energético que reduciría la dependencia” exterior y “crearía empleos y riqueza”. "Como en cualquier otra actividad industrial, los riesgos asociados pueden ser prevenidos y mitigados mediante una gestión eficiente y respetuosa con el medio ambiente", dice.