Una carta del Gobierno ucraniano demuestra que la cúpula de Gas Natural estaba al corriente de las negociaciones con Kiev al objeto de suscribir un acuerdo de cooperación para construir una terminal de gas natural licuado.
Dicho contrato lo rubricó, con toda la pompa mediática, Jordi Sardà Bonvehí como intermediario de Gas Natural ante el primer ministro y el ministro de Energía ucranios. Sin embargo, poco después Gas Natural negó que hubiese suscrito este pacto y denunció la falsedad del representante. ¿Qué ocurrió para que se produjese tamaño fiasco?
Con la delegación de la empresa española en pleno vuelo para asistir a la ceremonia de la firma, los rusos habrían llamado a Gas Natural amenazando con interrumpir cualquier colaboración si ayudaba a Ucrania en un proyecto que brindaría a Kiev independencia energética respecto a Moscú y, por tanto, precios más bajos.
Varias fuentes empresariales apuntan que la compañía que preside Gabarró está estudiando importantes alianzas con la rusa Gazprom, sobre todo en India.
En la misiva a la que ha tenido acceso Vozpópuli, fechada una semana antes de la firma del comisionista Sardà, el director de la Agencia Estatal de Inversiones ucraniana, Vladyslav Kaskiv, agradece al presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, su cooperación e, incluso, adjunta el borrador del acuerdo para que la empresa española lo revise (ver documento adjunto).
Los ucranianos solicitan a Gabarró que se escenifique el pacto con motivo del comienzo de las obras. “Como usted sabe, la ceremonia oficial de inicio de la construcción de la terminal de gas natural licuado tendrá lugar el 26 de noviembre de 2012”, reza la epístola.
Sardà asegura que se vio obligado a firmar para que no se perdiese todo el trabajo de lobby realizado a manos de competidores coreanos
Según atestiguan fuentes empresariales y ucranianas, una comitiva del Gobierno ucranio, el comisionista Jordi Sardà y directivos de Ros Roca y Técnicas Reunidas estaban esperando ese 26 de noviembre a que llegase una representación de Gas Natural con el fin de suscribir el documento de cooperación. Al no aparecer ésta y necesitados de una foto de cara a los medios, las autoridades de Kiev conminaron a Sardá a que suscribiese el contrato.
De acuerdo con una carta que Sardà envía al consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, los ucranianos siempre tuvieron claro los límites de sus labores intermediarias y que sólo había figurado como un simple impulsor y promotor. Sin embargo, Sardà asegura que se vio obligado a firmar para que no se perdiese todo el trabajo de lobby realizado a manos de competidores coreanos (ver el segundo documento adjunto).
Sardá explica en su relato de los hechos que la ingeniería de Gas Natural, Socoin, ya obtuvo la licitación del plan de viabilidad del proyecto. Entre finales de 2011 y principios de 2012, hubo contactos entre el Gobierno ucraniano y Gas Natural vía Sardà. Y éstos culminan en una reunión en París con el propósito de fijar las líneas de colaboración. A estas conversaciones acuden Sardà, enviados del Ejecutivo ucraniano y, por parte de Gas Natural, Joaquín Mendiluce y su equipo.
El 16 de septiembre se celebra una conferencia en Yalta, en la que se organiza otro encuentro. La fotografía de éste retrata a Jordi Sardà con el ministro de Energía ucraniano, el jefe de la Agencia de inversiones ucrania y el director general de Gas Natural Alemania, Thomas Reukauf (ver imagen abajo).
El problema de Sardá es que ha estampado su rúbrica en un contrato en nombre de Gas Natural sin autorización y por su cuenta y riesgo
Con todo, el problema de Sardá consiste ahora en que, delante de las cámaras, ha estampado su rúbrica en un contrato en nombre de Gas Natural sin autorización y por su cuenta y riesgo. De hecho, la empresa que preside Gabarró ha demandado al supuesto agente por estafa y falsedad en documento mercantil.
Tras ser consultados en varias ocasiones, la compañía gasista se aferra a sus comentarios de los primeros días y reitera que ni ha firmado ningún contrato para invertir en el proyecto de gas natural licuado en Ucrania, ni lidera consorcio alguno para el desarrollo de la terminal.
Según informa la agencia Europa Press, la Agencia Estatal de Inversiones aclara que ya ha se ha resuelto el malentendido, el cual los ucranianos consideran sujeto a intereses políticos de terceros “contrarios a la independencia energética de Ucrania”.