La Comisión Europea se vio obligada a intervenir las tarifas del roaming ante los abusos que cometían las operadoras de telefonía móvil, fijó precios máximos y las obligó a competir por debajo de esos topes. El resultado ha sido progresivo e inmejorable: esta misma semana, Bruselas ha vuelto a bajar esos límites máximos, forzando a las compañías de toda Europa a recortar en un 51% las tarifas de roaming para datos y en un 21% las de las llamadas de voz.
Ya se puede viajar tranquilo fuera de España sin necesidad de tener que desconectar los datos en el móvil. Ahora, si lo que se quiere es viajar con el coche, el abuso está garantizado, no en las tarifas del teléfono, sino en los precios de las gasolinas.
"Año tras año, la pantomima vuelve a repetirse. Las petroleras comienzan a calentar motores con los precios en los puentes de mayo y ya no paran hasta el comienzo de las vacaciones veraniegas, cuando, como ocurre esta semana, se alcanzan los precios más altos de Europa de largo", resume un representante de una organización de consumidores experto en el sector de los combustibles.
Estamos en operación salida de vacaciones y el precio de la gasolina 95 se ha disparado por encima de los 1,45 euros por litro, la cota más elevada desde septiembre de 2013, tras una subida del 3,3% en junio.
Estos son los precios medios que publica el Boletín Petrolero Europeo, pero basta con salir a la calle o a la carretera a llenar el depósito para comprobar que más que 1,45 euros lo que los paneles de las gasolineras fijan son precios que oscilan entre los 1,47 y 1,49 euros.
El diésel ya se paga a 1,34 euros según el Boletín (a entre 1,36 y 1,38 en la mayoría de las estaciones de servicio).
Ante los repetidos abusos de las compañías petroleras y la pasividad tanto del Ministerio de Industria y Energía como de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), organizaciones de consumidores como Facua han vuelto a pedir que la Comisión Europea intervenga los precios, tal y como ha hecho con el roaming.
La fijación de precios máximos en los combustibles obligaría a las petroleras a ofrecer precios por debajo de los topes, que no podrían ser superados
"En España, hasta 1998 existía un sistema de precios máximos. Cuando el Gobierno de Aznar decidió liberalizar el sector y eliminar estos topes, los precios no bajaron, sino que se dispararon. De todos es conocido que no hay competencia entre gasolineras con los precios, así que la única forma de que bajen los precios es que Bruselas fije unas tarifas máximas por litro y que las compañías compitan por debajo de esos precios, si quieren", defiende Rubén Sánchez, cabeza visible de la organización de consumidores andaluza Facua.
"Podrán acusar a Bruselas de intervencionista, pero con el roaming ha funcionado con éxito y ha habido competencia. Y con las gasolinas también funcionaría, fijando topes razonables, no abusivos, para los consumidores y que a la vez respeten unos márgenes mínimos para las estaciones de servicio", añade Sánchez.
De nada sirven "las oportunistas y recurrentes críticas que hace el ministro José Manuel Soria a las compañías petroleras, exigiendo bajadas de precios y que no hagan coincidir las subidas con los comienzos de puentes y vacaciones. Tampoco sirven de mucho los expedientes abiertos por la CNMC, que duermen el sueño de los justos y se pierden en el tiempo y en el embrollo de los procesos de instrucción y alegaciones", denuncia otra fuente.
Hasta 1998, los precios máximos de los combustibles los fijaba el Gobierno, pero la liberalización del sector los eliminó y se dispararon
En lo único que han cedido las petroleras ha sido en el efecto lunes, la estratégica bajada de cada comienzo de semana para aparecer con precios inferiores en los boletines petroleros después de haber realizado fuertes alzas el viernes, cuando muchos consumidores llenan sus depósitos para viajar.
La CNMC sigue haciendo su trabajo, pero aún no se han producido resoluciones contundentes. Actualmente hay dos expedientes abiertos, uno sobre los precios de combustibles de automación y otro sobre las redes de gasolineras abanderadas.
Las investigaciones comenzaron en julio del pasado año, al ocurrir lo mismo que este año, sólo con el hecho diferencial de que estas semanas, la excusa es la inestabilidad por el conflicto en Irak y su impacto en el precio del barril Brent, de referencia en los mercados internacionales.
La CNMC mantiene abiertos dos expedientes desde julio de 2013, pero ninguno de ellos ha sido resuelto pese a los flagrantes abusos de cada verano
Desde hace años, las gasolinas fijan máximos en junio y julio, independientemente de que haya o no factores de inestabilidad que influyan en los precios del crudo.
La CNMC tiene 18 meses para resolver estos expedientes, que han sido ampliados a más gasolineras.
Además, el regulador presidido por José María Marín Quemada, que ha arrancado con fuerza y ganas de perseguir los abusos de mercado que tanto se dan en diferentes sectores en España (telecos, electricidad, combustibles…), ha detectado "alineamiento de precios" en su último informe sobre el sector petrolero en abril.
Pero hasta ahora, no ha podido constatar que las grandes petroleras pacten precios para que no haya competencia.