"Pedimos perdón por nuestras prácticas completamente inaceptables. Hemos crecido y madurado y estas actuaciones no volverán a verse nunca jamás en Wonga". Con esta dureza se expresaba Tessa Cook, directora ejecutiva de Wonga en Reino Unido, después de saberse que su empresa tendrá que pagar una compensación de 2,6 millones de libras a 45.000 personas por haberles extorsionado mediante unas cartas amenazantes en las que hablaban de unos falsos despachos de abogados que les iban a poner demandas por impago. El acto de contrición de la ejecutiva británica a 'The Independent' no dejaba lugar a dudas: "Pedimos perdón por esta completamente inaceptable práctica. Reconocemos que esto es totalmente inaceptable y nos aseguremos de que nuestros clientes sean compensados, aunque las prácticas se pararon hace cuatro años y no se realizarán nunca más".
Los supuestos bufetes que amenazaban con querellarse era Chainey, D’Amato and Shannon y Barker and Lowe Legal Recoveries. No existían. La empresa pudo haber cometido hasta cuatro delitos diferentes en su trato irrespetuoso a los clientes, lo que llamó la atención de la FCA (Financial Conduct Authority, el regulador financiero del país) y les obligó a alcanzar un acuerdo de compensación voluntario que ingresará unos 50 euros a cada cliente agraviado. Las autoridades pedían a Wonga que "de un trato justo a los que tienen problemas para poder pagar sus deudas".
Presentes en España
Y se da la circunstancia de que Wonga es, desde marzo de este mismo año, un actor más en el competitivo mercado de los microcréditos en España. Con un modelo de negocio de pequeños préstamos (un mínimo de 50 euros y un máximo de 600) que se otorgan a través de internet y van directos a la cuenta bancaria en unos minutos si son aprobados. Mala carta de presentación, pues, para un país que pretende ser estratégico para el 'lender' británico, acusado de usura por algunos. Desde la compañía se defienden: "Este caso afecta únicamente al mercado británico. Nuestros clientes en España no están afectados. El proceso que se ha abierto hace referencia al periodo 2008–2010 y solamente en el mercado británico".
Los supuestos bufetes que amenazaban con querellarse eran Chainey, D'Amato and Shannon y Barker and Lowe Legal Recoveries, que no existían
Desde la empresa financiera se quiere poner en contexto este caso: "Este proceso forma parte de una auditoría y regulación que ahora se está llevando a cabo en todo el sector en mercado británico por parte de la FCA". Matizan que, por el momento, no se ha producido una multa, por lo que hablamos más bien "de una corrección y compensación de los conflictos/errores experimentados en el pasado. Dicha corrección y compensación ha sido una iniciativa voluntaria propuesta por Wonga y consensuada por la FCA".
Y así explican en la compañía sus actuaciones cuatro años atrás: "El primer punto es una antigua práctica de liquidación de deuda que dejamos de aplicar hace ya casi 4 años. El segundo punto concierne a una serie de errores de sistema que detectamos tras una auditoría de nuestros sistemas a principios de año y que ha provocado que algunos clientes hayan pagado más de lo que deberían (mientras que otros han pagado menos). Lo pusimos en conocimiento de las autoridades en cuanto fuimos conscientes de ello". Estas prácticas no se han llevado a cabo por el momento en España, aunque habrá que estar atentos a la evolución de Wonga.