Todos los ciudadanos necesita un abogado en algún momento de su vida, aunque sea de oficio. Resuelven problemas legales y defienden intereses ajenos, aunque no resulta fácil encontrarlos. Normalmente se ubican dentro de grandes edificios, alejados de la vista de potenciales clientes. Esa distancia, a su vez, genera dudas en el afectado en torno a los costes o a los propios servicios que ofrecerán. Muchos despachos se muestran conformes con esta imagen, asociada a la seriedad y confidencialidad que precisa su profesión; otros buscan atraer clientes por vías menos convencionales
Es el caso de Arriaga Asociados. Comenzaron por abrir sus miras al mercado de las demandas civiles con procesos estandarizados, para apostar después por la introducción de publicidad en los medios de comunicación o el planteamiento de importantes campañas de marketing. Pero su último movimiento ha sido especialmente arriesgado: trasladarse a los centros comerciales y mostrar su oferta como cualquier otro comercio. Al lado de tiendas de ropa, calzado o telefonía móvil, Arriaga Asociados atrae la atención de potenciales clientes y les acerca sus servicios.
Pedro Sevilla, director de Marketing y Comunicación de Arriaga Asociados, cuenta cómo el volumen de clientes ha aumentado, tanto por los acontecimientos judiciales ocurridos desde finales del pasado año -como las cláusulas suelo o los gastos hipotecarios-, como por su presencia a pie de calle, sus despachos por toda España, y su atención por teléfono, correo electrónico o página web. “El objetivo es estar lo más cerca posible de la gente, hacerles fácil la justicia, y está funcionando muy bien”, aseguran desde el despacho.
El objetivo es estar lo más cerca posible de la gente, hacerles fácil la justicia
La primera oficina de este tipo abrió sus puertas el pasado octubre de 2016 en el centro comercial Islazul (Madrid), y tienen otra en el centro comercial Carrefour de San Sebastián de los Reyes, en el complejo Megapark (Madrid). Además, el próximo mes de agosto inaugurarán un nuevo despacho en el centro comercial Carrefour de Jaén; y a partir de septiembre abrirán otros puntos de atención jurídica en los centros comerciales madrileños de Príncipe Pío, Gran Vía de Hortaleza, El Ferial de Parla, y La Loma (Jaén). Finalmente, adelantan también su presencia en los centros Carrefour de Móstoles (Madrid) y Montigalá (Barcelona) hacia noviembre.
"Nosotros no nos dirigimos a grandes masas, sino a públicos a los que les gusta la confidencialidad y la discreción"
Sin embargo, hay otros que apuestan por el modelo tradicional y se alejan de estas nuevas estrategias. Uno de ellos es Navas & Cusi. Su socio fundador, Juan Ignacio Navas, asegura que ellos no se plantean esta práctica. “Nosotros no lo vamos a hacer. Somos un despacho con un público acostumbrado a una abogacía tradicional, por el tipo de clientela. No lo entenderían. Nosotros no nos dirigimos a grandes masas, sino a públicos a los que les gusta la confidencialidad y la discreción”, señala.
Todo lo que sea acercar la abogacía al pueblo y hacerlo de forma coherente, me parece perfecto
Desde el Bufete Rosales, su socio director José Baltasar Plaza Frías confirma que tampoco tienen intención de trasladarse a los centros comerciales, como ha hecho Arriaga, pero apoya este tipo de iniciativas positivas para el sector siempre y cuando se hagan de forma legal. “No soy quién para criticar a nadie siempre que esté dentro de la legalidad. Arriaga está abriendo nichos de mercado y ha demostrado su nuevo estilo. Todo lo que sea acercar la abogacía al pueblo y hacerlo de forma coherente, me parece perfecto”, sentencia.
Esta tendencia, novedosa en el panorama español, se encuentra en plena expansión en Estados Unidos. Ante el elevado número de personas que no acudía a un abogado por desconocimiento de sus problemas legales o por el miedo a los costes, muchos despachos apostaron por dar el primer paso y ofrecer sus soluciones en los propios supermercados a los que acudía con frecuencia su nueva clientela.
Eso es lo que ha hecho Arriaga Asociados, aproximar los servicios jurídicos y “ponerlo fácil”, tal y como expresa su eslogan. Pero, aunque dentro del sector ven algo de acierto y progreso en la maniobra, no todos están dispuestos a seguirla. Algunos tienen miedo de perder a sus clientes más fieles, normalmente empresas; otros están demasiado especializados como para triunfar en este nuevo mercado; y muchos simplemente no están interesados en ir más allá.