México, el llamado a ser el mercado más importante para OHL, por delante incluso de España (en palabras de su consejero delegado, Josep Piqué, durante la presentación del plan estratégico de la compañía) se ha convertido de repente en un avispero para el grupo constructor, de servicios y concesiones que comanda a sus 84 años Juan Miguel Villar Mir. El supuesto fraude en una de las concesiones de la filial azteca de la empresa, destapado por la publicación de conversaciones telefónicas entre algunos de sus altos directivos, ha encendido las luces de alarma, especialmente por el contexto en el que se han generado.
Hace tiempo que OHL es mirada con recelo en México por su excesiva proximidad con el presidente de la nación, Enrique Peña Nieto, que viene ya de su época como gobernador del Estado que lleva el nombre del país, precisamente donde ha estallado el escándalo. Y además, la sombra de la corrupción persigue desde hace tiempo al mandatario mexicano; desde hace unos meses, con más intensidad si cabe, cuando apenas quedan tres semanas para las elecciones federales.
Todo un cóctel repleto de ingredientes que ha situado a OHL en una situación complicada, toda vez que México representa ya de por sí, sin esperar a 2020 (fecha de la finalización del plan estratégico), su principal fuentes de ingresos y el que mayor aportación realiza al resultado bruto de la empresa. Plegar velas en México supondría parar en seco una trayectoria de éxitos prácticamente ininterrumpida desde 2003, cuando se hizo con su primera concesión en el país azteca.
Cuando se publicaron en Internet las grabaciones en las que los directivos de OHL México hablaban de un fraude en la subida de los peajes del Viaducto Bicentenario, acometidas en enero de este año y que levantaron ampollas debido a que su proporción fue del 30%, 7,5 veces la inflación, sin ningún motivo que lo justificara, sólo hubo alguien cuyo grado de preocupación fuera similar al de Villar Mir. Y no era otro que el presidente Peña Nieto.
Hace sólo siete meses, el mandatario mexicano pasó sus días más difíciles desde que asumió la jefatura del Gobierno de su país. A comienzos del pasado noviembre, se vio obligado a revocar el contrato para el diseño y construcción de la línea de alta velocidad entre Ciudad de México y Querétaro, valorado en casi 5.000 millones de dólares. En el consorcio adjudicatario, de mayoría china, figuraban empresas locales vinculadas al PRI e incluso a la campaña electoral de Peña Nieto.
Una de ellas, además, resultó ser la propietaria de la mansión que el presidente y su esposa tienen en un exclusivo barrio de México D.F.
Las conexiones con López Madrid
Esta última información apareció en una web de noticias liderada por una periodista que ha denunciado algunos casos de corrupción en el PRI; el anuncio de las grabaciones fue publicado en un blog del diario local La Razón. Ambas historias han revolucionado el panorama político mexicano. Peña Nieto, acusado de favorecer al consorcio ganador del AVE a Querétaro, suspendió el proceso y ahora, tras la fuerte caída de los precios del petróleo, el concurso está esperando mejor ocasión para ser lanzado de nuevo, aunque todos los movimientos están siendo observados con lupa.
Tras el estallido del escándalo de OHL, las miradas han vuelto a posarse en Peña Nieto y la memoria se ha ido al año 2008, cuando el mandatario era gobernador del Estado de México y, por entonces, impulsó la concesión del Viaducto Bicentenario a la compañía española. Ya eran conocidos los fuertes vínculos entre personas de su círculo de colaboradores más estrecho y Javier López Madrid, consejero de OHL y yerno de Juan Miguel Villar Mir.
López Madrid, a quien se adivina gran poder en la sombra en el grupo, estudió en Suiza con parte de lo que hoy en día es la flor y nata de la política y el empresariado mexicano. Sus contactos en el país azteca son inmejorables y, de hecho, nadie más que él luchó por convencer a su suegro de que en México estaba el futuro del grupo.
En estos días, algunos en el Distrito Federal se han encargado de recordar que desde que Peña Nieto es presidente de la nación, OHL ha firmado suculentos contratos con la petrolera estatal Pemex, a los que anteriormente la compañía no pudo acceder. También recuerdan que Villar Mir figuró entre los invitados de postín al acto de toma de posesión del jefe del Gobierno azteca.
El componente electoral
Es tiempo de elecciones federales en México, que se celebrarán durante la primera semana de junio; un momento especialmente delicado, en el que Peña Nieto está especialmente cuestionado y las posibilidades de que los disparos contra él reboten en los más cercanos se incrementan de forma exponencial.
Grandes grupos locales de infraestructuras, como ICA e Ideal, esta última propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, han visto como algunos de los contratos más jugosos volaban hacia OHL, una circunstancia a la que tampoco están excesivamente acostumbrados.
Ahora, el grupo español está bajo sospecha en México. El supervisor bursátil y el Estado de México han iniciado sendas investigaciones, los peajes del Viaducto Bicentenario están congelados y la agencia Moody’s considera que, a partir de ahora, OHL lo tendrá más difícil para obtener concesiones en el país (aunque Fitch fue más generosa en su apreciación y señaló que el escenario en México no repercutiría en su nota). A la vista está que los usuarios del Viaducto Bicentenario no son los únicos que han pagado un sobrecoste por la cercanía de OHL al Gobierno.