La polémica por el supuesto fraude de OHL México en la concesión del Viaducto Bicentenario sigue pasando factura a su matriz. Desde que estallara el escándalo, con la publicación de conversaciones telefónicas entre altos directivos de la empresa, las acciones del grupo que preside Juan Miguel Villar Mir no sólo han sufrido un notable descenso sino que además han sido oscuro objeto de deseo de los bajistas, los inversores especialistas en tomar posiciones cortas, que actualmente ya controlan cerca de un 9% del capital de OHL y que han incrementado su presencia de forma notable en los últimos días.
A finales del pasado ejercicio, los bajistas contaban con menos de un 5% de OHL. Sus posiciones se han ido incrementando a lo largo del año, aunque la actividad ha sido especialmente intensa durante la última semana. Marshall Wace, un viejo conocido de la Bolsa española por sus movimientos bajistas en numerosas cotizadas, ha adquirido cerca de un 1% de OHL en el último mes. WorldQuant se ha comportado de una manera similar. Entre ambas suman más de un 3% del capital.
También se ha incrementado de forma notable el número de acciones de OHL prestadas en el mercado, que ya suponen cerca de un 25% del total. “Los que apuestan por que el valor seguirá perdiendo terreno han tomado prestadas acciones de la compañía y las han vendido con rapidez. Su objetivo es comprarlas más baratas para que la operación les salga rentable. La subida del préstamo de valores hace pensar que los bajistas siguen actuando y esperan más descensos de precios”, apunta un analista.
La presencia masiva de bajistas acarrea problemas de estabilidad en el precio de las acciones para las cotizadas. Las fuertes fluctuaciones se convierten en moneda de uso común, una circunstancia netamente desfavorable, sobre todo en estos momentos de gran incertidumbre para el grupo de construcción, servicios y concesiones.
Aportar más garantías
A la congelación con carácter indefinido de los peajes del Viaducto Bicentenario (la segunda que más ingresos aporta a OHL México) y la dimisión del consejero Pablo Wallentin por el escándalo de las escuchas se ha venido a sumar la emisión de una nota por parte de la agencia Moody’s en la que pone en revisión para una posible bajada la calificación de la deuda de la compañía española debido, precisamente, a la incertidumbre que ha generado su situación en México.
Moody’s recuerda que las acciones de la filial azteca de OHL figuran como prensa de un préstamo por valor de 300 millones de euros por lo que su desplome en la Bolsa de Valores de México podría obligar al grupo a aportar nuevas garantías para mantener el crédito y evitar tener que amortizarlo de manera anticipada.
No obstante, no es éste el único motivo que Moody’s esgrime para su decisión. La agencia recuerda que para mantener la actual calificación (B1, cuatro tramos por debajo del grado de inversión), OHL debería presentar una ratio deuda/Ebitda de entre 4,5 y 5,5 veces, una circunstancia que no se cumple actualmente, ya que el endeudamiento del grupo español supone actualmente siete veces su beneficio bruto de explotación.
Más difícil contratar en México
Además, Moody’s añade que lo sucedido en México afecta negativamente a la reputación de la compañía española en el país azteca y podría tener dos repercusiones negativas: que las concesiones que mantiene en suelo mexicano sean revisadas de una forma más severa, y que a la compañía le resulte más difícil a partir de ahora obtener nuevos negocios concesionales en México. La agencia recuerda que, actualmente, el mercado azteca aporta el 77% del Ebitda del grupo.
Por el momento, OHL prosigue valorando las consecuencias del posible fraude en la concesión del Viaducto Bicentenario, con el encargo de una auditoría para aclarar todas las circunstancias. También insiste en recurrir a los tribunales de Justicia al estimar que las grabaciones publicadas en Internet fueron obtenidas de forma ilegal.