Los promotores de Liberty Acquisition Holdings, fondo que posee el control de Prisa, han estado hace semanas sosteniendo reuniones en España, buscando más capital para afrontar nuevas inversiones, aunque estas no serán en nuestro país. Los inversores consideran que su operación en Prisa es poco menos que fallida (“nos equivocamos”, afirman sin dar muchas más explicaciones) y no tienen intención de repetir país, debido a la fuerte crisis que atenaza la economía doméstica, además.
El pasado mes, Martin Franklin, uno de los fundadores de Liberty (que no es otra cosa que una sociedad instrumental; cotizada, eso sí, a través de las que canalizan algunas inversiones que realiza junto a su socio Nicolas Berggruen, dueño de la corporación Berggruen Holdings), sostuvo entrevistas con gestores de Santander, BBVA, así como de otras entidades internacionales sólidamente afincadas en España, para invitarles a participar en su nuevo vehículo de inversión, con el que pensaban afrontar nuevas operaciones. Por lo que ha trascendido, el entusiasmo inicial ha sido escaso, aunque de momento no trascendido ninguna decisión, ya sea a favor o en contra.
Los financieros buscan oportunidades, asegurando a sus clientes que en el plazo de un año después del cierre del nuevo instrumento habrán comprado una compañía cotizada a bajo precio. Su historial de éxito es el reclamo: “Es todo lo que traen. No informaron de las compañías que buscan ni siquiera algunos análisis o research… sólo dejaron caer que preferentemente mirarán por Europa”, afirma una fuente de una entidad que participó en los contactos.
Franklin presumió de que nacieron con menos de 20 millones de dólares, y ahora superan ampliamente los 2.000 millones de patrimonio total, “con una capacidad de apalancamiento de hasta 8.000 millones de dólares”, según afirman las fuentes consultadas.
Negativos con España
Prisa es el principal motivo del rechazo a España. La complicada situación de del grupo es conocida por todos. Según ha trascendido de estas reuniones, Liberty no está satisfecho con la gestión del grupo multimedia, y no dudaron en señalar como factores de este descontento el elevado salario y coste de despido de Juan Luis Cebrián y Fernando Abril. Este último dejó hace menos de dos años su puesto de country manager de Credit Suisse en España para afrontar el futuro de Prisa, pero la realidad no ha podido ser más desalentadora.
Estos testigos de las reuniones comentan que los propios ejecutivos de Liberty reconocen que la inversión en Prisa es poco menos que irrecuperable o en el mejor de los casos, llegará a muy largo plazo. Cuando entraron, el valor estaba en el entorno de los 3 euros por título. La compañía cerró ayer a 0,34 euros y presenta un declive que parece sin freno (más de un 50% anual en lo que va de año). En su momento, pagaron unos 650 millones de euros por una participación del 70% de la empresa multimedia. Ahora, el 100% vale 185 millones.
También habrá que ver, sin embargo, el futuro de los promotores de Liberty, que han ido a estas reuniones sin facilitar información concreta y simplemente prometen operaciones. El apalancamiento y el dinero para nuevas aventuras escasean ahora mismo, en España y el resto del mundo.