Las páginas web que permiten a las personas arrendar por días las viviendas que tienen en propiedad para cedérselas a otros usuarios utilizando internet apenas están afectando a la industria hotelera, que sigue su camino de expansión por los distintos mercados centrada en un tipo de cliente "distinto al de los hoteles". Así opina el director del área de hoteles de la consultora Irea Miguel Vázquez, que no obstante reconoce que lo que sí suponen es "una competencia más" en el sector.
Pero la industria hotelera no parece estar tan conforme y compañías como NH Hoteles ya han pedido de forma reiterada que se ponga coto a las páginas web que permiten alojarse en casas ajenas 'pasando' totalmente de regulación (como Airbnb o las relacionadas con el couchsourfing, que es prestar viviendas a otras personas a través de internet). Para el CEO de NH, Federico González, el escudo de la 'economía colaborativa' (que en su momento también utilizó Uber, aunque convenciendo en este caso a muy poca gente) es un "eufemismo" pues realmente se establecen relaciones comerciales y no humanas.
Se citó el ejemplo de Barcelona, una ciudad donde se han disparado los establecimientos alegales mientras mejoraban las tasas de ocupación hotelera y la inversión en el sector
Barcelona, la ciudad española más visitada por extranjeros con gran ventaja sobre la siguiente, ha visto en este 2014 cómo proliferaban los apartamentos "ilegales, o alegales", mientras también registraba unos niveles de ocupación hotelera muy buenos y un creciente apetito por adquirir activos en el sector. Airbnb y otras páginas, por tanto, no están castigando de forma excesiva al negocio hotelero al dirigirse, por el momento, a segmentos distintos de la población.
Un responsable de la compañía norteamericana acudió en noviembre a Bilbao para vender las bondades de su modelo de negocio, que juega con la legalidad mientras crece de forma geométrica en todo el mundo. Con 250 millones de dólares de beneficio en 2013, esta empresa ya no es una startup, sino un competidor más en el sector de los alojamientos.
Los grupos españoles venden activos
España fue visitada en 2014 por 63 millones de extranjeros, un 4% más que en 2013, que marcó el anterior récord, lo cual afianzará seguramente al país como tercer Estado con más turistas extranjeros del mundo después de Francia y Estados Unidos (85 y 70 millones de visitantes en 2013). El turismo sonríe a la alicaída economía pero los grupos hoteleros e inversores españoles pliegan velas ante la necesidad de cuadrar cuentas. Las dos principales operaciones que se han cerrado en 2014 son la prueba de ello: el Edificio España (Madrid), que fue vendido por el Banco Santander al chino Wanda Group por 265 millones de euros y la conocida como Torre Deutsche (Barcelona), que se ha colocado por más de 90 millones de euros a un fondo radicado en Luxemburgo, KKH Capital & Property.
Las cadenas nacionales especializadas en la gestión hotelera se desembarazaron de 330 millones de euros en activos el año pasado, lo cual supone un 39% del total que se vendió, en un año en el que además los inversores nacionales (fondos no especializados en la gestión hotelera) se quitaron otro 20% del total. Por su parte, los inversores internacionales se hicieron con un 41% del total de los activos traspasados, principalmente fondos oportunistas con enfoque inmobiliario y también inversores asiáticos como el de Wang Jianling (Wanda). Muchos de los grupos españoles que han tenido que soltar lastre lo han hecho porque se encontraban en sitaución asfixiante y no les ha quedado más remedio, una tendencia que ya viene dándose en los últimos años, sobre todo cuando estos grupos han perdido la refinanciación 'ad infinitum' de la banca y han tenido que vender a cualquier precio.