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Iberdrola, abocada a deteriorar su 8% en Siemens Gamesa tras caer por debajo del valor en libros

El desplome de la acción del fabricante eólico, que se ha dejado más de un 50% en Bolsa en apenas cinco meses, obligará a Iberdrola a realizar ajustes contables por su participación del 8% en el capital de la sociedad, que ahora vale en el mercado 550 millones menos que antes la caída.

  • El presidente de Iberdrola, Ignacio Sanchéz Galán, al inicio de la Junta General de Accionistas de Iberdrola

La brusca caída de las acciones de Siemens Gamesa ha desatado una tormenta entre los dos principales socios del fabricante eólico, la multinacional alemana Siemens e Iberdrola. En el caso de la eléctrica española, cuyo presidente no ha dudado en manifestar públicamente su descontento con la situación, el desplome de su participada en el parqué le obligará muy probablemente a realizar ajustes contables, toda vez que que su actual valor bursátil se ha situado por debajo del valor en libros.

En apenas cinco meses, las acciones de Siemens Gamesa se han depreciado algo más de un 50% en Bolsa, afectadas por la revisión a la baja de previsión de beneficios de la compañía y el consiguiente ajuste de la plantilla, que afecta a 6.000 trabajadores. En lo tocante a Iberdrola, su paquete de acciones en la compañía, que supone algo más del 8% del capital (frente a casi el 20% que poseía en la antigua Gamesa, antes de ejecutarse la fusión con la filial eólica de Siemens) vale, a precios de cierre de este jueves, unos 550 millones de euros menos que en el mes de junio, cuando se inició la particular cuesta debajo de la cotizada.

Y eso que el escenario ha mejorado algo respecto de la semana pasada, toda vez que las acciones de Siemens Gamesa marcaron un precio de 10,52 euros, cuando hace unos días apenas superaban la cota de 9 euros. En aquellas jornadas, el mercado valoraba el paquete de acciones de Iberdrola en su participada en poco más de 500 millones de euros, por debajo de los 545 millones de su valor en libros al concluir el ejercicio 2016.

Precisamente, al cierre del pasado año la cotización del 8% de Iberdrola en Siemens Gamesa se situaba en 1.060 millones.

Test de deterioro

La situación obligará a la compañía que preside Ignacio Galán al menos a realizar un test de deterioro, que podría derivar en un ajuste contable del activo. Un factor negativo que, además, llegará en un ejercicio especialmente complicado para la compañía por el comportamiento del negocio en España, donde las adversas condiciones climatológicas han derivado en una fortísima caída de la generación hidráulica y en una reducción de los márgenes de comercialización por la subida de los precios de la electricidad en el mercado mayorista. En total, una factura que podría superar los 400 millones de euros.

Además, el hecho de que Siemens Gamesa se haya visto obligado a un ajuste de la plantilla, con incidencia en España y más en concreto en el País Vasco, donde Iberdrola cuenta con su sede social, también ha caído como una bomba en el seno de la eléctrica, que en el momento de la operación de Gamesa con Siemens hizo mucho hincapié en que el gigante eólico que se creaba en esos momentos mantuviera su sede en España y preservara los intereses tanto de los accionistas minoritarios como de los trabajadores.

El malestar de Iberdrola, histórico accionista de Gamesa, a cuya salida a Bolsa contribuyó (por entonces desde Corporación IBV, el vehículo inversor que compartía con BBVA), se ha hecho público por medio de su presidente. Durante su participación en un foro organizado por El Confidencial, Galán ha mostrado su disgusto por la caída en Bolsa de Siemens Gamesa pero también por determinados cambios realizados en la alta dirección de la compañía, de los que asegura haberse enterado "casi por la prensa", pese a que la eléctrica cuenta con dos puestos en el consejo de administración de su participada.

El pacto parasocial, en la picota

El agujero contable que puede provocar el desplome de su partipada no es la única inquietud de Iberdrola, toda vez que Siemens Gamesa también es uno de sus principales proveedores en el negocio eólico.

En el momento de acordar la fusión, Siemens e Iberdrola suscribieron un pacto parasocial con determinados compromisos de gobierno corporativo y protección de accionistas minoritarios que también se encuentra en estos momentos en la picota. Todo apunta a que este acuerdo podría ser el primero que sufriera las consecuencias de la crisis que está viviendo la relación entre la multinacional alemana y el grupo energético español.

Todo ello a la espera de que Siemens Gamesa presente su nuevo plan estratégico, que se dará a conocer al mercado el próximo mes de febrero, según comunicó la compañía este jueves. 

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