Los sindicatos de Iberia confirmaron ayer lo que era un secreto a voces: habrá huelga en la aerolínea durante seis días en diciembre, durante la semana que se sitúa entre el puente de la Constitución y las fechas navideñas. Los paros han encendido las alarmas en la compañía y también en el Ministerio de Fomento, en el que consideran que se abre un periodo de quince días para tratar de frenar una huelga que puede generar un auténtico caos en el espacio aéreo español y muy especialmente en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
Fomento mantuvo un encuentro con los representantes de la compañía y también con los sindicatos poco después de hacerse público el plan de ajuste de Iberia, que contempla notables rebajas salariales y, sobre todo, un ERE para 4.500 trabajadores, casi el 25% de la plantilla. Pero ahora, el departamento que dirige Ana Pastor se está planteando procurar una reunión entre las partes que, al menos, evite la huelga.
Los contactos entre los sindicatos e Iberia se han reducido a unas primeras reuniones con los representantes de los colectivos de tierra y tripulantes de cabina, que apenas se prolongaron en el tiempo ante la negativa de éstos a tratar un plan que desde el principio han considerado inaceptable e innegociable. Mientras, el sindicato de pilotos Sepla ni llegó a acudir al encuentro con la compañía.
Precisamente, los temores de Fomento residen en que el plan no ha suscitado ninguna duda entre las centrales sindicales, más unidas que nunca en esta causa pese a que el Sepla no se ha unido a la convocatoria por estar aun pendientes del laudo al que se somete por el conflicto tras la creación de Iberia Express. Sin embargo, los sindicatos dejaron claro en la rueda de prensa en la que hicieron públicas las fechas de la huelga que el Sepla está a favor de los paros y que los pilotos pueden unirse a ellos.
La sintonía con Fomento
Los temores de Fomento radican justamente en esta unión. Los sindicatos se niegan a negociar el plan de Iberia y, por lo tanto, ni siquiera han surgido discrepancias ni fisuras entre los trabajadores. “Si se hubiera avanzado algo en las conversaciones, al menos habría diferencias de opinión porque algunos saldrían beneficiados con los avances y otros no tanto. Pero en este caso estamos en el punto de partida y todo el mundo rechaza el plan”, señalaron fuentes sindicales.
Si el seguimiento de la huelga es masivo, el caos está asegurado porque Iberia se ocupa de las actividades de mantenimiento en algunos aeropuertos, con lo que los paros no sólo afectarían a la aerolínea sino a todas las que operen en esas pistas.
La ministra de Fomento se manifestó el martes a favor de la españolidad de Iberia, un concepto que también se manejó en la comparecencia de los sindicatos ante la prensa. Pastor también incidió en la importancia de las conexiones con Latinoamérica, otra cuestión que está en la picota por la estrategia comercial de futuro de la aerolínea. La sintonía entre Fomento y los sindicatos podría derivar en un futuro encuentro para desbloquear la situación y, por lo menos, evitar la huelga.