Los responsables de ING en España estudiarán a partir del 1 de enero la posibilidad de abrir una red propia de cajeros en España. Esta es una de las varias opciones que ha venido manejando la entidad desde que se inició la guerra de los cajeros y que el banco habrá de decidir una vez se aclare el escenario, con el inicio del año. El Banco de España fijó el 31 de diciembre como fecha límite para que cada entidad concretara sus comisiones y los acuerdos firmados con otras entidades, y será entonces cuando ING volverá a moverse.
Y es que la entidad de matriz holandesa acaba de presentar un acuerdo con Banca March que permitirá retirar efectivo de su red de 484 cajeros, sin coste, a los clientes del banco naranja. Este acuerdo es el segundo que anuncian, después del alcanzado entre ING y Grupo Banco Popular (Popular, Banco Pastor y Targobank). De esta forma, el número de cajeros disponibles para los clientes de la entidad de banca electrónica y de bajo coste asciende a unos 3.224, según datos del propio banco.
El acuerdo permitirá a ING ampliar la red de cajeros en los que los clientes no tendrán que pagar por retirar efectivo. Sin embargo, en el resto de cajeros de otras entidades sí que se pagará por disponer de dinero en metálico: dos euros en Caixabank y BBVA, en torno a dos euros en Santander, entre 1,5 y 2 euros en la alianza de Bankia, Sabadell y Euro6000 y 1 euro en la alianza de cajas rurales con Popular, Laboral, Deutsche, Bankinter y Cajamar.
Más allá de los acuerdos con Popular y Banca March, se valorarán nuevas colaboraciones con otros bancos e incluso alternativas distintas
La red de ING, a la vista de la extensión de los grandes bancos y de los acuerdos alcanzados por otras entidades medianas (como Euro6000 con Sabadell y Bankia) podría no ser suficiente como para asegurar la cuota de mercado que hasta ahora ha alcanzado el banco. Más si se tiene en cuenta que hasta ahora era gratis retirar efectivo de todos los cajeros de 4B sin distinción y de parte de Servired. Así, más allá de los acuerdos con Popular y Banca March, se valorarán nuevas colaboraciones con otros bancos e incluso alternativas distintas que han funcionado en otros países, como llegar a acuerdos con cadenas de grandes superficies y supermercados, entre otros.
Para ING cualquiera de estos movimientos, que atacarían directamente su cuenta de resultados, vendría como respuesta obligada al ataque desencadenado por los grandes bancos desde inicios de 2015, cuando Caixabank comenzó a aplicar de forma unilateral una comisión por retirada de efectivo a todos los clientes de otras entidades.
Desde entonces, todo el sector comenzó a hacer sus propios movimientos, lo que llevó al Gobierno a aprobar una normativa para regular y dar carta de naturaleza a esta nueva comisión bancaria, que en la práctica beneficia a los dueños de redes de cajeros y perjudica a las entidades que, como ING, hasta ahora no disponían de red propia y se limitaban a pagar las comisiones de intermediación por el cliente. Otras entidades de la llamada banca low cost, como EVO, respondieron al desafío asumiendo el coste de las retiradas de efectivo siempre que las mismas se limiten a un cierto número al mes. Está por ver cuál es la decisión definitiva de ING.