La entidad presidida por Isidre Fainé ha dado orden a las sucursales de que controlen e informen sobre cualquier salida de depósitos motivada por el independentismo catalán.
Aunque todavía en una escala prácticamente insignificante, la Caixa ya ha detectado bastantes casos de clientes que afirman que retiran sus fondos por el secesionismo catalanista. Y en más de una oficina se han registrado incidencias con individuos que han vertido acusaciones airadas e, incluso, insultos a los trabajadores de la entidad.
En la Caixa son muy conscientes de que existe el riesgo de una campaña de boicot al estilo del que se orquestó con el cava y que más de dos tercios de su negocio residen fuera de Cataluña.
Llegado el caso de que se proclamase un Estado catalán independiente, los expertos apuntan que una fuga de depósitos masiva convertiría a la entidad en insolvente.
Por eso, Fainé se muestra prudente con las aventuras nacionalistas de Mas, espera que el tono se rebaje después de las elecciones catalanas y, tal y como ha avanzado Vozpópuli, hasta ha servido de correo entre Mas y Rajoy para templar los ánimos e invitarlos al diálogo.
En cualquier caso, la caja ha iniciado una estrategia para destacar su españolidad y está firmando acuerdos de financiación y colaboraciones que subrayen esta condición, hecho que confirman fuentes empresariales.
Según fuentes del mercado y como adelantó este medio, la estrategia de españolización se culminaría con la absorción de alguna entidad española como Popular y Banesto, lo que permitiría mantener una marca hispana.