Liberbank remodelará su red de oficinas. La entidad dirigida por Manuel Menéndez ha comunicado ya a su plantilla (a través de la intranet del grupo) la puesta en marcha de un proyecto piloto para transformar su red de banca comercial. Dicho "plan comercial" se llevará a cabo primero en las ciudades de Avilés (Asturias), Cuenca, Plasencia (Cáceres), Toledo y Torrelavega (Cantabria), y si se demuestra su efectividad se extenderá el nuevo modelo a toda la red de 1.300 oficinas en España.
¿Y en qué consistirá el nuevo "plan comercial" de Liberbank? Básicamente consistirá en ir desmantelando las tradicionales UGC (Unidades de Gestión Comercial), es decir, las oficinas de banca universal, para ir hacia un sistema más adaptado a cada entorno geográfico y socioeconómico, así como al comportamiento de cada tipo de cliente. Es decir, apretar con personal cualificado y empleados en los segmentos de más rentabilidad, y automatizar aquellos más rutinarios y de menor valor añadido.
En detalle, el nuevo es un modelo con cuatro tipos distintos de establecimiento comercial: Las más importantes serán las oficinas emblemáticas o "flagship", dotadas de todos los servicios y con funciones de representación en algunas ciudades importantes "de los territorios naturales". Además, se crearán oficinas "urbanas", similares a las anteriores, pero "de menor tamaño" y con servicios y recursos adaptados a cada territorio.
Para aquellos servicios de valor añadido distintos a los que provee la ventanilla tradicional, Liberbank creará oficinas urbanas "ligeras sin caja". Se trata de locales enfocados a la atención especializada, combinados con cajeros automáticos y de autoservicio para las operativas más sencillas. En paralelo a estas nuevas dependencias, se habilitarán las llamadas oficinas "de autoservicio", que estarán dotadas tan solo de cajeros para atender a las operativas más habituales y para las que no se necesite un gestor personal.
Un sector en la encrucijada
El cambio de modelo de Liberbank es solo el último caso de una tendencia que se inició hace ya casi tres años, cuando Bankia presentó sus oficinas ágiles. En la reconversión del sector bancario español no solo hay amenazas como el fintech y la apuesta por los clientes móviles. Otra de las guerras que se está librando es la de la eficiencia y los nuevos modelos comerciales. Las entidades financieras españolas sufren en bolsa porque el mercado les exige ser más rentables.
Una de las palancas para ser más rentable es la reducción de costes. Y uno de los principales costes operativos son los de personal. El sector, pese a todos los cierres de oficinas realizados desde el inicio de la crisis, todavía llevará a cabo otros 15.000 despidos, según cálculos de Funcas. Es consecuencia entre otros factores de la automatización de los procesos y de las nuevas modalidades de oficina sin apenas empleados, generalizados cada vez más entre las entidades.