Los departamentos contables de los bancos son un caos durante estos días. No sólo por la presentación de resultados de los grandes bancos (que hoy anuncian Bankia y Santander), sino porque las principales entidades están siendo convocadas por el Banco de España para rendir cuentas por los cambios en la circular contable, que entró en vigor el pasado 1 de octubre. La nueva normativa exige que los bancos valoren a un precio de mercado toda su exposición inmobiliaria.
El regulador ya avanzó que no preveía grandes impactos en las entidades, pero lo que se está viendo por el momento es que los grupos con más exposición inmobiliaria tendrán que elevar provisiones en los próximos meses. Un informe de JPMorgan cuantificó las necesidades totales a 14.000 millones. Por ello, el organismo liderado por Luis María Linde ha convocado a las entidades para que, una a una, acudan a la Plaza de Cibeles a desvelar sus cifras.
Aunque los principales grupos financieros llevan ya meses afinando este trabajo, a algunos grupos se les ha atascado y todavía tienen días de análisis por delante antes de tener una cifra exacta. Sobre este cálculo, el Banco de España analizará hasta qué punto coincide con el suyo interno y podría exigir retoques. La clave es que, según fuentes financieras consultadas por este medio, la intención del regulador es que todos los impactos estén recogidos antes de final de año.
Hasta el momento, Sabadell y Bankinter son las únicas entidades cotizadas que han desvelado el efecto exacto que implicará el cambio en el Anejo IX de la Circular 4/2004. La entidad catalana comunicó en julio unas provisiones extraordinarias de 200 millones para atender un posible impacto de 350 millones. Por su parte, el banco liderado por María Dolores Dancausa dijo que la circular le permitirá liberar dotaciones, pero que el impacto será neutro ya que se destinará este dinero para cubrir otras partidas.
Un informe de JPMorgan elevó a 14.000 la cifra de provisiones que tienen pendientes los grandes bancos españoles
Otras entidades como Santander, CaixaBank, BBVA y Bankia comunicaron a mediados de año que esperaban que la nueva normativa no tuviera ningún impacto significativo.
Mientras, el foco sigue puesto, dentro de las cotizadas, en Banco Popular y Liberbank. La primera tuvo que ampliar capital en 2.500 millones en junio para elevar su cobertura de activos problemáticos y todavía tiene que desvelar qué saneamiento va a llevar a cabo a finales de año. Durante la ampliación, reconoció que las pérdidas de finales de 2016 podrían ascender a 2.000 millones.
Por su parte, Liberbank tiene ante sí el reto de digerir el EPA (Esquema de Protección de Activos) de CCM, cuya cobertura vence a finales de año. Así, en su última presentación de resultados reconoció que su ratio de morosidad incluyendo el fin del EPA sería superior al 17%.
Uno de los grandes interrogantes es qué efecto que tendrá la nueva circular en los grupos de cajas no cotizados
Del resto de entidades no cotizadas, Ibercaja Banco es una de las pocas que ha hecho ya los deberes adelantando las provisiones necesarias por la nueva circular. Cargó contra la cuenta de resultados del segundo trimestre dotaciones prudenciales de 108 millones.
Está por ver el impacto en el resto de grupos de cajas no cotizadas. En el sector no descartan que pueda suponer un nuevo aliciente para que se busquen fusiones durante 2017, junto a la baja rentabilidad y la sentencia de las cláusulas suelo.