El banco francés Natixis, acreedor de los empresarios Joaquín Rivero y Bautista Soler (propietarios del 31% de la francesa Gecina), forzó la máquina el pasado verano para ponerles contra las cuerdas. El objetivo, ejecutar las garantías del préstamo sindicado del que forma parte y que está garantizado con los títulos de la inmobiliaria gala para posteriormente colocarlas en el mercado.
No iba a resultar complicado. La compañía francesa tiene un destacado número de inversores institucionales internacionales interesados en entrar en su accionariado, dispuestos a realizar el desembolso correspondiente. Como prueba, el hecho de que el fondo Blackstone y la entidad financiera canadiense Caisse de Dépot du Québec se hayan hecho con parte del mencionado préstamo sindicado después de que Rivero y Soler llevaran a sus sociedades a concurso de acreedores y la administración concursal impidiera in extremis la ejecución de las garantías.
Estos hechos no han pasado desapercibidos para Metrovacesa, el otro gran accionista de Gecina, con una participación del 27%. La inmobiliaria está analizando en profundidad la posibilidad de colocar en el mercado este paquete accionarial aprovechando que la acción de la inmobiliaria francesa está caliente.
Metrovacesa está iniciando una nueva etapa que está empezando a tomar cuerpo por los cambios en su cúpula directiva. La semana pasada, Vitalino Nafría presentó su dimisión como presidente y fue sustituido por Ignacio Moreno; mientras, las horas de Eduardo Paraja como consejero delegado de la empresa parecen estar contadas. De hecho, el ejecutivo ya ha hecho saber a algunos miembros del consejo de Gecina, del que forma parte en representación de Metrovacesa, que está viviendo sus últimas horas en la empresa española.
Nueva estrategia
Esta nueva era pasa también por un cambio en la estrategia. Los bancos que controlan el 95% de la compañía, que a su vez son los acreedores de la misma, quieren reducir de forma notable la deuda de una inmobiliaria en la que han enterrado varios miles de millones. La venta de Gecina reportaría a Metrovacesa ingresos próximos a los 1.500 millones de euros (el doble de la actual capitalización bursátil de la española) y los bancos accionistas estiman que ha llegado el momento de tratar de colocar la participación en el mercado, a tenor del apetito detectado por parte de no pocos inversores.
Gecina, que nunca se ha encontrado cómoda con socios españoles, facilitaría la tarea, aunque Metrovacesa está forzando la situación para que antes de salir pueda percibir un dividendo extraordinario, toda vez que la inmobiliaria gala está a punto de cerrar un ejercicio sobresaliente en cuanto a resultados.
La compañía francesa es una de las más sobresalientes del mercado inmobiliario europeo. En plena crisis, ha experimentado una revalorización bursátil del 220% en los últimos tres años, mientras que sus cifras de facturación y beneficio no han hecho sino crecer. Su capitalización bursátil a precios actuales ronda los 5.500 millones de euros, por encima de la de empresas como ACS y Red Eléctrica y en línea con la de Banco Sabadell. El valor de sus activos a 30 de junio de 2012 supera los 11.600 millones de euros.
Metrovacesa ha estado especialmente atenta a los últimos movimientos en el mercado en torno a Gecina, que ha interpretado como una señal de que es el momento ideal para salir. La evolución bursátil de la empresa gala de aquí a final de año también será un factor importante. Si continúa la evolución alcista de los últimos meses, los acontecimientos podrían precipitarse.