El sector ferroviario sigue sin noticias de la liberalización del transporte de pasajeros bien entrada ya la segunda mitad del primer semestre, plazo dado por el Gobierno para el comienzo del proceso. En realidad, la apertura del mercado a operadores privados se demorará algo más. Antes de dar luz verde a una de las medidas más esperadas en el sector, el Ejecutivo, a través del Ministerio de Fomento, está terminando de poner a punto la alta velocidad de Renfe para que sea capaz de competir en un mercado abierto.
De esta forma, lo más probable es que hasta que la operación de maquillaje no esté concluida y con resultados firmes encima de la mesa no se proceda a iniciar un proceso que, por otro lado, ha despertado el interés de inversores privados pero, especialmente, para el negocio de la alta velocidad y no precisamente para todas las rutas.
Hace dos semanas, el Ministerio de Fomento presentó una serie de novedades en la programación comercial de la alta velocidad de Renfe que marchan en esta dirección: hacer de este servicio algo realmente competitivo. En realidad, este proceso se inició un año antes, con una sensible rebaja de tarifas que ha tenido un resultado absolutamente indiscutible: un incremento del 23% en el número de pasajeros en 2013 (frente al saldo negativo registrado un año antes) y una subida de casi el 7% en los ingresos del operador ferroviario público.
Por primera vez, la alta velocidad pudo con el transporte aéreo, una señal de que los esfuerzos por hacer del AVE de Renfe un operador competitivo van por buen camino. Pero aún no es suficiente. Fomento presentó novedades como bonos de 10 viajes, posibilidad de transporte de equipaje de puerta a puerta, avances en comunicaciones a través de wi-fi e, incluso, la inclusión de un vagón silencioso, un espacio en el que estará prohibido el empleo de los teléfonos móviles.
El AVE a Barcelona, el caramelo que todos quieren
La puesta en marcha de estas nuevas estrategias comerciales es un hecho pero aún resta por ver sus resultados. Las cifras están mejorando de forma significativa, aunque todavía restan mejoras por introducir. Cuando todo esto suceda, el Ejecutivo dará luz verde a la liberalización. Y será complicado que ocurra en los próximos meses.
Por el momento, los interesados en estrenarse como competidores de Renfe para el transporte de pasajeros cuentan con informaciones confusas sobre cómo será el proceso. El Gobierno aún no ha revelado por dónde empezará la liberalización, aunque todo indica que comenzará por la alta velocidad.
En este sentido, la línea Madrid-Barcelona se lleva la mayoría de los suspiros de los aspirantes a entrar en el negocio, entre los que se encuentran Acciona, Globalia, Veloi Rail y Alsa, entre otros. Pero con el resto de rutas comienzan unos recelos, que también se extienden al negocio de cercanías.
Alejarse del modelo de mercancías
Por otro lado, Fomento quiere extremar las precauciones para que la liberalización del transporte de viajeros no resulte un fiasco como la de mercancías. Casi una década después de su puesta en marcha, menos de diez operadores compiten con Renfe y, además, cuentan con una cuota de mercado ínfima.
Además, como reconoció recientemente el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, “Renfe es un notable operador de transporte de viajeros pero sólo un regular operador de transporte de mercancías”. Es decir, que la apertura del mercado no ha servido para mejorar el servicio de la compañía pública en este segmento. La intención de Fomento es que no suceda lo mismo con el transporte de viajeros.