En abril de 2003, Omega Capital, el holding inversor de Alicia Koplowitz, y la cadena hotelera Orient Express cerraban la compra del mítico Ritz de Madrid a la francesa de capital japonés Le Meridien por cerca de 120 millones de euros. Algo más de diez años después, las cosas no terminan de funcionar en el establecimiento, castigado por los efectos de la crisis, que ha provocado una notable caída de ingresos, y el retraso de sus planes de reforma. Durante los cinco últimos ejercicios, los socios del Ritz han tenido que realizar aportaciones por un valor cercano a los 40 millones de euros con el fin de cumplir con sus obligaciones con la banca.
Y es que desde el ejercicio 2009, la sociedad Hotel Ritz Madrid no cumple con los compromisos que acordó con el antiguo Eurohypo a cambio del préstamo a 20 años que la entidad alemana concedió a los compradores del hotel para hacer frente a la operación, un préstamo que cuenta con la garantía de la hipoteca sobre el inmueble y la prenda de las acciones de la sociedad.
Omega y Orient Express se comprometieron, entre otros factores, a que el capital del préstamo hipotecario equivaldría al menos al 75% del valor del inmueble y también a mantener unas determinada relación entre el resultado operativo de la sociedad y los intereses devengados del préstamo.
En los últimos años, ninguno de ellos se ha cumplido, entre otras cuestiones porque la sociedad ha presentado pérdidas de forma continuada, al tiempo que los ingresos se han ido reduciendo desde los más de 35 millones que presentaba a mediados de la pasada década a las últimas cifras presentadas por la compañía, que oscilan entre los 23 y los 24 millones de euros.
El apoyo de Santander y el ICO
El incumplimiento de los compromisos hizo que el préstamo de Eurohypo, que vence en 2023, pase a ser exigible a corto plazo, lo que ha obligado a Omega y Orient Express a realizar millonarias aportaciones anuales, que comenzaron siendo de algo más de 13 millones de euros en 2009 y que en el recién finalizado 2013 fueron de 6,3 millones de euros.
Fuentes próximas a los accionistas del emblemático establecimiento madrileño señalan que estas aportaciones tienen por objeto "capitalizar la sociedad con el fin de reducir su endeudamiento".
Además, Hotel Ritz Madrid también ha dispuesto en los últimos años de una línea de crédito proporcionada por Banco Santander, que se renueva cada ejercicio, además de un préstamo de un millón de euros concedido por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en 2009, precisamente el año en que comenzaron los problemas para cumplir con los compromisos asociados al préstamo principal. El crédito del ICO vence en julio de este año y se ha ido amortizando conforme a las condiciones previstas.
La esperada reforma
Los propietarios del Ritz se encuentran a la espera de los pertinentes permisos del Ayuntamiento de Madrid para iniciar una reforma que lleva algún tiempo esperando pasar de un proyecto a una realidad.
Precisamente, la sociedad se planteó un cambio de estrategia a partir de que comenzaran a dejarse sentir los efectos de la crisis, el descenso de los ingresos y, por ende, los problemas para cumplir con la banca acreedora.
Esa nueva estrategia pasaba por emprender una notable reforma como ya han hecho otros hoteles de lujo en la capital, como fue el caso del Villamagna. Sin embargo, la deseada reforma se ha ido retrasando por diversas circunstancias, lo que también ha retrasado el renacer del Ritz y ha obligado a los socios a un esfuerzo extra para capitalizar la sociedad.
Eso sí, por el momento no hay problemas de liquidez. Tanto Omega como Orient Express no han vacilado a la hora de realizar sus aportaciones y, de esta forma, evitar males mayores en forma de una ejecución de garantías.