Orange España cuenta con unos 4.000 empleados y acaba de lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre Jazztel, operadora que tiene una plantilla similar. En total, casi 8.000 empleados conformarán la nueva compañía nacida de la integración, prevista para finales de junio.
El grupo francés prevé un ajuste de plantilla de un máximo de 400 personas en el global de la nueva compañía, algo que ha puesto nerviosos no sólo a los empleados de las empresa 'opada' sino también a los de la compradora, señalan fuentes sindicales.
No hay nada definido aún, pero habrá importantes áreas del nuevo grupo en las que habrá redundancias (financiera, legal, recursos humanos, ventas, marketing, atención al cliente…). Las culturas y filosofías empresariales de ambas empresas son bastante diferentes, pese a tratarse de dos operadoras de telecomunicaciones con actividades similares.
En Orange España los sueldos medios son más altos y buena parte de los servicios de call center o atención al cliente están externalizados. La filial del grupo francés cuenta con un importante call center en propiedad, ubicado en Oviedo, con unos 800 empleados, pero el resto de servicios de este tipo se lo prestan compañías subcontratadas.
Jazztel, por su parte, por su juventud como empresa y su rápido y agresivo desarrollo en España, cuenta con empleados más jóvenes y con sueldos medios más bajos. Además, desde sus inicios, la teleco apostó por tener en propiedad los call centers, en los que emplea a más de 3.000 personas.
El ajuste de plantilla se pondrá en marcha después del verano, tras el cierre de la OPA y la venta de activos impuesta por Bruselas
La dirección de la nueva empresa, que estará liderada por el actual consejero delegado de Orange, Jean Marc Vignolles, tendrá que decidir en qué áreas aplica el ajuste previsto, que afectará a como máximo un 5% de la plantilla total, algo que, según fuentes del sector, "es un recorte muy pequeño para una operación de este tipo".
Baste señalar que, a modo de ejemplo, Vodafone, que el año pasado se hizo con ONO, prevé despedir a más de 1.000 empleados para ahorrar costes, lo que supone casi el 20% de la plantilla total.
Ahora se abre un proceso en el que Orange se centrará en el cierre de la OPA, previsto para finales de junio, y en la venta de los activos fijados por la Comisión Europea para que España siga manteniendo cotas razonables de competencia.
Será a la vuelta del verano cuando la nueva compañía establecerá las líneas maestras del ajuste de plantilla. Sólo hay un área de Jazztel en la que previsiblemente Orange no meta mano, la de red de fibra, el verdadero leitmotiv de la compra y en la que no hay duplicidades con el grupo francés.
También habrá que ver con qué ejecutivos de Jazztel se queda el grupo comprador, que esta misma semana se mostró muy contento con la gestión realizada por el equipo directivo.