"Año 2016 después de Jesucristo. Toda Hispania está ocupada por Mercadona. ¿Toda? No. Una aldea poblada por irreductibles vascos resiste ahora y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las legiones de Mercadona y Lidl que quieren campar en su territorio". Podríamos parafrasear al inolvidable Astérix para describir lo que ha ocurrido estas últimas semanas en Abadiño, provincia de Vizcaya: un pueblo (o parte de él) que se ha rebelado contra la recalificación de terrenos en su término municipal con el objetivo de instalar un Mercadona y un Lidl. PNV y algunos concejales independientes se habían mostrado a favor de que ambas superficies se instalaran en un terreno de uso rural, para lo que ya habían acordado su recalificación y posterior promoción. Todo estaba atado y bien atado. Pero un grupo de vecinos de Abadiño y Durango, impulsados por comerciantes de la ciudad y muy animados por movimientos próximos a la izquierda abertzale (Denkak Bai, Euskaldendak y los sindicatos EHNE, OCU, ELA, LAB, UGT y CC OO), tenían otros planes.
Agrupados en la asociación +Kaleartean, estos agentes y los vecinos de esta zona en el corazón de Euskadi (a tan sólo 9 kilómetros de Elorrio, sede central del histórico retailer vasco Eroski) reclamaron que si había de situarse un Mercadona o un Lidl, los vecinos de la comarca pudieran al menos opinar sobre ello con carácter previo: "La recalificación de los terrenos como suelo comercial tendrá graves consecuencias para Durangaldea. Este cambio en las normas con el fin de favorecer a dos grandes empresas creará un precedente. Por eso, pensamos que es ética y políticamente imprescindible que cuente con la aprobación popular por medio de una consulta democrática".
"¿Queremos clones de ciudades con Burger Kings, McDonalds y Mercadonas?"
Mediante una campaña en Change.org que encontró también el apoyo de EH Bildu, exponían sus argumentos: "Creía que vivía en un pueblo con ciertos ideales pero me doy cuenta de que copia lo malo de otros. Parece que los alcaldes se pelean por ver quién es más rápido en atraer a ciertas empresas pensando sólo en acaparar impuestos sin preocuparse por el bien de los ciudadanos de la comarca", decía. Además, rechazaba que la creación de 80 puestos de trabajo fuera argumento suficiente: "No dicen que será a consecuencia de destruir muchos más y conseguir más cierres de pequeños comercios". En este escrito, acusaban a los alcaldes de Abadiño y Durango de "generar más precariedad laboral, y puestos de trabajo poco cualificados en vez de preocuparse en atraer empresas que aporten valor añadido. ¿Queremos clones de ciudades con Burger Kings, McDonalds (sic.) y Mercadonas?".
No lo dicen por decir: a pocos metros de donde estarían Mercadona y Lidl ya hay un Eroski y un McDonald's y un poco más hacia el sur nos encontramos con AKI, Simply y Decathlon. Mercadona o Lidl en ningún caso serían las primeras grandes empresas situadas en el área.
"Cada uno con su polígono y supermercado, compitiendo con el de al lado, con piscinas propias y equipamientos varios en época de crisis"
Pese a ser término municipal de Abadiño, el Mercadona y el Lidl estarían próximos al casco histórico de Durango. El concejal abertzale Dani Maeztu lo lamentaba así en un artículo en el diario digital 'Durangon': "Cada uno con su polígono y su supermercado, compitiendo con el de al lado, con su piscinas propias y equipamientos varios que en época de crisis suponen un gasto casi inasumible. En vez de darnos cuenta de que somos una realidad urbanística y sociológica prácticamente unida (Iurreta, Durango, Matiena, Abadiño), que existen figuras urbanísticas y desde luego el sentido común para utilizar los recursos de manera eficaz y eficiente. Y sobre todo para tener pueblos con vida y cohesionados, sin tener que recurrir al populismo que nos haga ganar unas elecciones dentro de 3 años, pero nos dejen una realidad socioeconómica devastadora a medio plazo".
Mercadona se marcha ante la dificultad
Así que Mercadona ha decidido no implantarse en Abadiño aunque con la promesa sucinta de volver a la comarca de Duranguesado en otro momento: "A la larga estaremos en la comarca, pero será más adelante y en otro sitio", aseguró a 'El Correo'. La empresa valenciana se ha empeñado en decir que no se marcha por el "clima social", tal y como dijeron los alcaldes. "Cuando anunciamos que Mercadona llegaría a Euskadi y nuestro objetivo era construir 25 supermercados en un plazo de seis años, entre 2014 y 2020, el propietario del solar se puso en contacto con nosotros para ofrecernos el terreno. Era una ubicación que se estaba estudiando junto a otras. Nos ofrecen multitud de ubicaciones y siempre las estudiamos. La gran mayoría se quedan en esa fase de estudio, y sólo llegamos a firmar contrato en aquellas que cumplen las características necesarias para nuestra implantación, y esta vez no era el caso. Por tanto, nunca hemos tenido un contrato firmado en la citada ubicación. Simplemente la hemos estudiado como tantas otras, en nuestro interés por abrir un supermercado en la comarca. La decisión de desestimar esa ubicación solo tiene que ver con motivos estrictamente estratégicos del plan de expansión de la compañía en Euskadi".
Por su parte, Lidl no ha hecho ninguna valoración sobre la situación en Abadiño y Durango.
Euskadi ha sido la última región donde Mercadona ha entrado, una zona de España que se caracteriza por una renta per cápita mucho más alta que la media y por gustos de consumo un tanto diferentes, más apegados a los productos frescos. Mercadona trató desde un principio de 'euskaldunizarse' mediante la creación de la sociedad Saskibe S.L. con sede en Barakaldo y que por tanto tributa en la hacienda foral vizcaína. Por su parte, Lidl no tiene por el momento una empresa propia, tal y como aseguró a este periódico hace unos meses.
El carácter propio del pueblo vasco se manifiesta también en esto: mientras en media España hay movimientos para que Mercadona se coloque en sus territorios (son tan deseados que hasta genera inocentadas, como esta de un medio de La Gomera en 2013) en Euskadi han sido capaces de decirle 'no' al gigante valenciano y a su competidor alemán. Prefieren mantenerse como están, al menos por el momento.