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Pemex comprará hasta un 15% de la argentina YPF cuando cierre la venta del 9,4% de Repsol

Argentina ha compensado a Repsol por expropiarle YPF, pero ahora quiere, de nuevo, abrir la puerta a la entrada de capital extranjero en la petrolera nacionalizada. Pemex es el primer invitado y estudia la compra de hasta un 15%, que se formalizaría tras su salida de la compañía española.

  • El presidente de México, Enrique Peña Nieto, con su homóloga argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

El Gobierno mexicano y los máximos directivos de Pemex tienen cada día más claro que, en las condiciones actuales, la mejor opción para la petrolera estatal es vender el 9,4% que posee en Repsol. Pero lo que no tienen tan claro unos y otros es a dónde deberían destinarse todo o parte de los 2.500 millones de euros que a precios actuales ingresaría Pemex por la venta de ese paquete.

Desde la alta dirección de la petrolera controlada al 100% por el Estado mexicano se viene apostando desde hace un tiempo por estrechar lazos con YPF, la compañía expropiada a Repsol por el Gobierno Kirchner. Pero no como se pensaba hasta ahora, con la firma de alianzas estratégicas de inversión conjunta en los valiosos yacimientos de Vaca Muerta.

El planteamiento que está ahora sobre la mesa va más allá y abre la puerta a que Pemex entre directamente en el capital de YPF con la compra de un paquete minoritario de hasta el 15%, señalan a Vozpópuli varias fuentes empresariales al tanto del proceso, en una operación que supondría para la mexicana un desembolso del entorno de los 1.150 millones de euros.

Pemex obtendría 2.500 millones de euros por la venta del 9,4% de Repsol y necesitaría menos de la mitad de este monto para hacerse con el 15% de YPF

Con Repsol fuera de Argentina y del accionariado de YPF, y ejecutado ya el acuerdo de compensación de 5.000 millones de dólares en bonos del país, el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner tiene las manos libres para volver a reprivatizar parcialmente su petrolera estatal, que fue renacionalizada en 2012 a través de la expropiación que le quitó el control a Repsol tras 15 años.

Los impulsores de la operación serían Emilio Lozoya, máximo ejecutivo de Pemex, y su homólogo (y amigo íntimo) en YPF, Miguel Galuccio, que contarían con el beneplácito de la Casa Rosada y con el de algunos miembros del Gobierno mexicano, señalan las fuentes consultadas.

Sin embargo, en el DF, el cada vez más poderoso secretario (ministro) de Hacienda, Luis Videgaray, se ha opuesto frontalmente a que el dinero de la venta de Repsol se vaya a Argentina y ha pedido expresamente que se reinvierta en México. Videgaray cree que la salida de la petrolera española "no sería mala decisión" para Pemex, lo que permitiría "traer el capital e invertirlo en las oportunidades que va a tener Pemex en México".

Una parte del Gobierno de Peña Nieto apuesta por que el dinero de la venta se reinvierta en México o se destine a paliar la mala situación financiera de la petrolera estatal

Actualmente, el Ejecutivo que preside Enrique Peña Nieto tiene en marcha la reforma energética del país y el proceso de privatización parcial de Pemex, con el objetivo de atraer inversores tanto financieros como industriales que contribuyan a relanzar la producción petrolífera del país, en decadencia desde hace años.

Buena parte del Gobierno, con Videgaray al frente, apuesta por que el dinero vuelva a México, máxime cuando Pemex atraviesa una situación financiera complicada, con pérdidas históricas de 13.000 millones de dólares en 2013 y una deuda acumulada que ronda los 60.000 millones de dólares.

Ayer mismo, el secretario (ministro) de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, también se mostró favorable a la venta del 9,4%, "dado que los incentivos que tiene Pemex para continuar con Repsol son muy bajos".

Dos ministros han pedido que Pemex deje Repsol a menos de tres semanas de la visita de Estado de Peña Nieto a España

La decidida apuesta del Gobierno mexicano, que es el que controla directamente a su petrolera estatal, porque Pemex abandone Repsol se produce a menos de tres semanas de que Peña Nieto inicie su visita de Estado a España, prevista para los días 9 y 10 de junio.

El mandatario mexicano quiere estrechar lazos políticos y económicos con España, después del rifirrafe provocado por la guerra abierta entre Pemex y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que se escenificó con la exigencia de Peña Nieto a Mariano Rajoy de que solucionara de urgencia el conflicto de la petrolera española en Argentina.

Eso fue en un almuerzo en la Cumbre Iberoamericana de Panamá, un 19 de octubre. Un mes después, Rajoy enviaba de urgencia al ministro de Industria, José Manuel Soria, a sellar la paz de Repsol con Argentina, lo que dejaba las manos libres a Pemex para comenzar a invertir en el país austral, dado que hasta entonces no podía hacerlo ante la amenaza de Brufau de demandar a todo aquel que explotara los yacimientos que le habían sido expropiados.

Peña Nieto llega a Madrid con el objetivo de confirmar el interés de los grandes grupos mexicanos por invertir en España y, más en concreto, los contratos de Pemex con los astilleros gallegos. Y además 'venderá' ante el empresariado español las grandes oportunidades de inversión que hay en México. Y entre las más importantes, las que afectan al sector energético, cuya reforma está en marcha.

Es toda una incógnita saber qué papel jugará Repsol en el nuevo contexto petrolífero mexicano si Pemex abandona su capital

Lo que es toda una incógnita es cuál sería el papel a jugar por Repsol en la apertura del sector petrolero mexicano si finalmente Pemex decide abandonar su capital, tras la batalla que ésta libra con Brufau desde hace tres años.

Una guerra que se redobló a finales del pasado mes de abril, cuando el ejecutivo de Mollerusa impuso a su hombre más afín, Josu Jon Imaz, como consejero delegado de la petrolera, provocando la última andanada de la petrolera mexicana contra el status quo de poder en Repsol.

Hasta ahora, el gobierno mexicano había ofrecido a Repsol participar, de la mano de Pemex, en el proceso de apertura energética, pero los últimos acontecimientos han enturbiado las relaciones de la petrolera con el país del que proviene su accionista más antiguo, hasta el punto de que ya han sido dos los ministros que se han manifestado públicamente a favor de la venta del 9,4%.

En paralelo, la propia Pemex, de forma oficiosa, ha vuelto a amenazar con salir de Repsol, después de volver a criticar duramente a su máximo ejecutivo, del que, sin éxito, ha pedido la cabeza en varias ocasiones.

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