Pescanova reconoció ayer la imposibilidad de delimitar el perímetro real de la deuda, tal como alertó el asesor independiente contratado para intentar una refinanciación, Houlihan Lokey. La compañía se vio obligada a reconocerlo mediante Hecho Relevante, forzada por los acreedores, la CNMV, el desplome en la cotización y la presión mediática. Ahora, los acreedores entienden que el management de la compañía ha claudicado e insisten en que continúe, a pesar de que la propia Pescanova puso en suspenso su actividad, mediante un pintoresco argumento. Quieren que retorne el único capaz de poner orden y delimitar el problema. Hay temor a que aflore un agujero grande.
El asesor encontró, en las pocas horas que ha trabajado en Pescanova, un controvertido esquema de pagos entre filiales, que insistió que quedaran reflejados en la auditoría de 2012, todavía por ser presentada, evidentemente. Eso motivó su ‘congelación’, ante el estupor de varios consejeros y los bancos acreedores.
Ahora mismo, está claro que hay pagos poco claros entre empresas y está por ver si hay alguna irregularidad manifiesta. En principio, los acreedores insisten en señalar que los desfases deberían ser de poco tamaño, teniendo en cuenta un volumen total de deuda del orden de 1.500 millones.
De momento, los acreedores manejan la idea de que los desfases sean relativamente pequeños, a pesar de que haya malas prácticas denunciables. Pero "tenemos miedo de que la cosa sea mucho peor. Queremos información cuanto antes", dicen desde esta parte.
Foco del problema
El principal foco del problema está en la unidad internacional que engloba las flotas y las licencias pesqueras. Los gestores de fondos siempre se han quejado de la falta de transparencia de este segmento, tanto es así que incluso han reclamado en ocasiones que Pescanova se separara en dos compañías: la alimentaria y la pesquera.
La gestión de las flotas de barcos, las licencias de pesca, el aprovisionamiento de combustible, las tripulaciones… todo, realizado en distintos países, con diversas divisas y casi todo en territorio off shore ha sido visto siempre como un asunto complejo en extremo y en el que tiene cabida todo tipo irregularidades.
Ahora, con un auténtico susto en el cuerpo y con Grupo Damm urgiendo la convocatoria de un consejo extraordinario, los principales actores quieren que el Houlihan continúe. “No tendría un pase que, después de reconocer las irregularidades, el que las ha levantado no pueda finalizar su trabajo”, dicen una fuente de una de estas partes. La solución, en breve.
De momento, Pescanova se hundió otro 19,2% y acumula ya un 60% a la baja en lo que va de año.