La economía madrileña puede beneficiarse de la crisis institucional en Cataluña por el traslado de empresas de una región a otra o por el cambio de decisión de inversores ante la incertidumbre política.
Desde el pasado 1 de octubre cerca de 2.500 empresas han movido sus sedes fuera de Cataluña, a otras ciudades españolas. Y un millar de esas compañías han modificado no solo su domicilio social, también su sede fiscal, lo que afecta a la tributación autonómica y local.
Aparentemente está siendo Madrid la ciudad española que más empresas provenientes de Cataluña está acogiendo en el último mes y medio. Grandes compañías españolas como Gas Natural, Abertis, Colonial o SegurCaixa Adeslas han trasladado sus sedes a la capital. Banco Sabadell ha movido a Madrid la secretaría general y el gabinete de presidencia.
El banco aboga por nuevas reformas para mantener el crecimiento de la economía en Madrid
También los fondos de inversión podrían redirigir su foco de actuación de Barcelona a Madrid. Varios expertos del sector inmobiliario consultados, por ejemplo, comentan que en el último mes hay una mayor presión compradora de edificios de oficinas en el centro de la capital española por parte de fondos extranjeros, al tiempo que perciben mayor incertidumbre en la toma de decisiones por parte de los inversores en Barcelona.
Por tanto, ¿podría beneficiarse la economía madrileña de la crisis institucional en Cataluña hasta el punto de que se compensaran los efectos negativos? En BBVA creen que no.
"Es muy difícil precisar ahora el impacto económico que tendrá el traslado de las empresas", advierte Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research. "Consideramos que todavía es pronto para saberlo con exactitud, pero creemos que es difícil que llegue a suponer un contrapunto al efecto negativo que genera la incertidumbre por contagio", añade.
Doménech y Juan Carlos Hidalgo Guzmán, director de la Territorial de Centro de BBVA, presentaron el miércoles las previsiones sobre el crecimiento del PIB de Madrid en 2017 y 2018. Ambos subrayan que la interrelación entre las economías de Madrid y Cataluña son tales que la incertidumbre sobre la inversión en una región impacta en la otra.
"Si una automovilística decide no instalar una fábrica en Barcelona, los fabricantes de componentes de Madrid también se resentirán de esa decisión", expone Hidalgo Guzmán. "Si cae el consumo en Barcelona, caerán las ventas de los productos de Madrid vendidos allí", añade. "La caída de la inversión de empresas en Cataluña es un lastre para el resto de las regiones españolas", comenta Doménech.
175.000 empleos en dos años
BBVA prevé que el PIB de Madrid crezca un 3,4% en 2017 y un 2,7% en 2018. El banco estima que este crecimiento del PIB impulsará la creación de 175.000 empleos y la reducción de la tasa de parto hasta el 10,5% a finales de 2018, una tasa de desempleo todavía "inaceptable socialmente", apuntó Rafael Doménech el miércoles en la presentación del informe de la entidad financiera presidida por Francisco González. Aun cumpliéndose las previsiones, la tasa de paro se situará a finales del próximo año unos 3,7 puntos porcentuales por encima de su nivel a comienzos de 2008.
BBVA destaca en su informe la "necesidad de continuar reduciendo los desequilibrios que aún conserva la economía madrileña", lo que obliga "a la consideración de nuevas reformas que ayuden a elevar el crecimiento de la productividad, mientras se mantiene el empleo y se consolida el desapalancamiento frente al resto del mundo".
Sobre el mercado inmobiliario de Madrid, el informe de BBVA indica que este mantiene la tendencia de crecimiento. "La solidez de la demanda ha seguido propiciando el crecimiento de la venta de viviendas en la región", dice. En los seis primeros meses del año se vendieron en Madrid 39.804 viviendas, un incremento interanual del 18,1%, frente a la media española del 17,3%.
"No vemos riesgo de burbuja", apuntó Rafael Doménech. "El crecimiento está siendo muy fuerte pero porque se viene de niveles muy bajos de inversión", explicó.