Este jueves, personal del equipo de comunicación de Coca-Cola en todo el mundo asistía a una 'conference call' en la que el nuevo equipo directivo daba a conocer las líneas maestras de la Coca-Cola del futuro: más investigación y desarrollo que se manifieste en nuevos productos, estrategia de marca única hasta una progresiva eliminación del azúcar... y nuevo equipo directivo. En este cambio ya no tenía sitio Marcos de Quinto, el español que más lejos ha llegado en el gigante de Atlanta, hasta la vicepresidencia de la compañía y uno de los responsables del nuevo sistema de marca única (destinado a eliminar el azúcar de sus productos sin que ello afecte al sabor).
"Mi venida a Atlanta significó un gran sacrificio personal que me ha costado superar. He buscado la mejor oportunidad para 'desligarme' de la forma mejor para la Compañía. Ahora dejo la posición de CMO pero 'desafortunadamente' tendré que seguir en Atlanta ayudando a James Quincey (el nuevo CEO) hasta que en septiembre de 2018 deje la compañía definitivamente... y pueda regresar", ha contestado el ejecutivo a preguntas de este diario en Twitter.
De Quinto marchó en 2014 a Atlanta después de abandonar la dirección general de la compañía en España y Portugal. Lo hizo en un momento de dificultades familiares y, según ha recordado él mismo a los empleados en una carta que ha enviado este jueves, "acepté el reto en el entendimiento de que la tarea sería por un periodo corto y en la creencia de que podría, entre tanto, conciliar los planos profesional y personal aceptablemente. Lamentablemente para mí, los éxitos alcanzados con mi equipo en tan breve espacio de tiempo en el área profesional contrastaron con un fracaso personal doloroso". De Quinto ha sido pareja de la periodista Teresa Viejo y tiene tres hijos. Iba a estar acompañado en Atlanta pero finalmente se quedó solo, como aseguró a 'El País': "Ese ha sido mi peaje".
En estos dos años largos en Georgia, el español ha sido uno de los diseñadores del cambio hacia una marca única, tal y como explicó en el congreso Aecoc en Sevilla en octubre pasado. En el momento en que aceptó la responsabilidad de marchar a Atlanta, ante años con resultados económicos preocupantes, "era vital recomponer el carácter global de algunas de nuestras marcas", ha dicho en su carta de despedida.
Un responsable de la reestructuración en España
Su figura había quedado algo desgastada después del tumultuoso ERE de la embotelladora ibérica presidida por Sol Daurella que trajo al equipo de comunicación de Coca-Cola de cabeza en los años 2014 y 2015. Tanto que la empresa cambió durante este tiempo de abogados (Sagardoy por Garrigues, y de nuevo Sagardoy) y de comunicación (Llorente y Cuenca por Estudio de Comunicación) en todo lo relacionado a la gestión del ERE. De Quinto negó en Twitter ser responsable del despido colectivo, aunque sí se involucró en la creación del embotellador único tal y como reconoció él mismo.
Esta estrategia no gustó a Daurella, presidenta ahora de Coca-Cola European Partners, ya que por su perfil de extrema discreción no quería cargar con la responsabilidad de la ejecución de los despidos. Por ello la embotelladora llevó la comunicación en un principio, con resultados muy mejorables, mientras que la matriz norteamericana tuvo que involucrarse para no ver excesivamente dañada su imagen.
Los sindicatos díscolos daban por hecha la salida del ejecutivo y en este sentido leyeron la cuantiosa retribución de 7,2 millones de euros que recibió en 2016: "Es un agradecimiento por los servicios prestados". Una fuente de Comisiones Obreras destaca cómo la trayectoria de De Quinto en Coca-Cola Iberia vivió dos partes diferenciadas: "Una placentera antes del ERE, cuando se crecía en datos y volumen de negocio, con algún sobresalto puntual pero gestionando la organización de forma más o menos plácida, y otra después del ERE. Coca-Cola pagó publicidad en los dominicales para decir que el expediente se iba a hacer con cero despidos porque tenían 1.800 voluntarios y justificarse diciendo que era cosa de los accionistas de CCIP y nada tenía que ver con Atlanta, cuando había una responsabillidad directa. Fue Marcos de Quinto el que se reunió con los poderes políticos y no políticos de nuestro país para el conflicto de Fuenlabrada", ha asegurado.
Coca-Cola también ha movido recientemente a su director en España y Portugal, el mexicano Jorge Garduño, por Manuel Arroyo, proveniente de una breve experiencia en Deóleo. Sin embargo la influencia de Marcos de Quinto aún durará tiempo en este progresivo 'desenganche' de una empresa a la que entró con 22 años y abandona con 57.