Banco Sabadell vuelve a tomar el liderazgo de la banca española en la venta de activos tóxicos. La entidad catalana ha distribuido en los últimos días un teaser (folleto con información para inversores) de una nueva operación inmobiliaria: el Proyecto Traveler, con su exposición a 30 hoteles, 30 promociones inmobiliarias en marcha y deuda de pymes, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Se trata de una operación con colaterales valorados en 500 millones que está generando un gran interés entre los fondos internacionales que ya han recibido la información.
Con ella, Sabadell suma 1.500 millones actualmente en mercado, ya que a la vuelta de verano sacó a la venta el Proyecto Normandy, con el que quiere vender a fondos deuda morosa por valor de 1.000 millones de euros. Tras las ofertas no vinculantes, esta operación ha entrado recientemente en la fase final, que durará cerca de un mes.
La entidad presidida por Josep Oliu ha sido una de las más activas en los últimos años a la hora de vender activos problemáticos a través de este tipo de carteras. Con ellas, Sabadell quiere reducir lo más rápido posible la mochila inmobiliaria heredada sobre todo de las adquisiciones hechas en España durante la crisis, como CAM, Caixa Penedès y Banco Guipuzcoano.
Sabadell ha reducido en 6.000 millones su exposición a activos tóxicos durante los dos últimos años
Según las últimas cifras hechas públicas, de junio, este banco acumulaba 19.900 millones en activos problemáticos, tras una reducción de 6.000 millones de euros en los dos últimos años. Junto a la venta de carteras, está siendo clave en este desagüe la labor de su inmobiliaria Solvia, que vende pisos a través de la red de la entidad y de agentes, y que se encarga de gestionar la deuda con problemas de pago.
En el mercado ha llamado la atención que el Proyecto Traveler sea la segunda cartera que incluye activos hoteleros de 2016, como el Proyecto Sun, del que CaixaBank negocia los últimos flecos.
Otras operaciones
Tras un parón sufrido a finales de julio por los efectos del Brexit en el mercado, la venta de carteras está resucitando en las últimas semanas. Primero con una operación como la de Abanca, que ha traspasado 300 millones en hipotecas impagadas a KKR; y después con la vuelta a este mercado de Sareb, que está ofreciendo a inversores carteras valoradas en más de 1.000 millones, tras un año sin operaciones por la circular contable del Banco de España.
Para los grandes fondos oportunistas, como Cerberus, Blackstone, Apollo, Bain Capital –antiguo Sankaty- y TPG, y grandes bancos de inversión como Goldman Sachs y Bank of America, estas operaciones son una de las mejores vías de ganar dinero actualmente en España.
Al comprar la deuda impagada de la banca con importantes descuentos luego tienen la posibilidad de hacer varias cosas: reestructurarla y recuperar gran parte del principal; o ejecutarla y quedarse con los activos, que posteriormente venden a otros inversores, promotores locales y empresas especializadas.
Mientras, a los bancos les ayudan a reducir la exposición problemática que tanto pesa en su balance, siempre y cuando los fondos no exijan descuentos superiores a su nivel de provisiones, lo que provocaría que se apuntaran pérdidas en su cuenta de resultados.