No lo tienen fácil. El grupo venezolano Sambil ha comenzado las obras de remodelación del centro comercial M-40, en Leganés, un espacio que cerró hace algunos años ahogado por las deudas y la falta de clientes.
Los 120.000 conductores que pasan diariamente por la M-40 en ese punto ya ven un gran cartel del grupo venezolano que va a destinar la zona comercial a outlet. Este es un negocio que va a más y que en Madrid ya tiene, al menos, cuatro centros especializados, tres del grupo The Style Outlets (las Rozas, Getafe y San Sebastián de los Reyes) y Las Rozas Village. Son tiendas que teóricamente ofrecen productos de marca con pequeñas taras, o de la temporada anterior, a precios muy rebajados.
El centro fue adquirido al grupo portugués Sonoa por 17 millones de euros después de que entrara en concurso de acreedores y estuviera algunos años sin comprador interesado. Hubo un grupo de empresarios chinos que quisieron adquirirlo para instalar mayoristas similares a los que están situados en el Polígono Cobo Calleja, pero la crisis se llevó por delante el proyecto.
Ahora esta empresa de Venezuela, fundada hace cincuenta años, aspira a rehabilitar y ofrecer sus productos a un mercado que cuantifican en 1,8 millones de habitantes a menos de 15 minutos, que podrán dejar sus coches en sus 2.394 plazas de aparcamiento y comprar en sus 144 establecimientos. “Estamos trabajando de forma paralela en la reforma del edificio y en la comercialización de los espacios, incluso en este mes de agosto”, señalan fuentes de la empresa.
Los gestores de Sambil Outlet han prometido una inversión total de 50 millones de euros. Para empezar la reforma pretende aumentar la amplitud y la altura de los pasillos. El piso dedicado a restauración y ocio se conectará con pasillos interiores y terrazas, lo que aumentará la capacidad de mesas y zonas de recreo.
Mantienen que se crearán 2.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Los representantes de la empresa se han presentado ya en la ciudad. Su mercado, además del cercano, es el de los cientos de latinoamericanos (unos 700.000 en total) que hay en Madrid.
Tendrán que alquilar cerca de 40.000 metros cuadrados en tres plantas. A las tiendas especializadas de outlet textil se le sumarán doce cines, un macrosupermercado de 4.500 metros cuadrados, así como zonas de recreo para niños y una macropantalla para ver todo tipo de retransmisiones.
Si Xanadú, uno de sus competidores de la zona sur, tiene una pista de esquí artificial, Sambil tendrá un túnel de viento (hurricane factory) en el que se van a invertir seis millones de euros. Permitirá tener la experiencia de una caída libre y alcanzar una velocidad, “sin riesgos” de 330 kilómetros por hora, según dicen los promotores.
Las obras ya han comenzado y los nuevos dueños de la M-40 esperan tenerlas terminadas en el otoño de 2015 para vender a tope en la Navidad del año próximo “con unas mejores perspectivas económicas”. Quieren triunfar en esta su primera salida de América y aterrizaje en Europa, vía Madrid. La competencia es dura. Está frente a Isla Azul, otro centro que aún no tiene la velocidad deseada por sus comerciantes.