El agravamiento de la crisis en meses anteriores, que se saldó con la petición oficial de un rescate bancario en España el pasado junio, está provocando grandes movimientos de capital, como se ha podido ver con las cifras de salida de dinero de España. En este movimiento de búsqueda de seguridad de los depostitantes hay algunos beneficiados, como el Santander, que reconoce que el dinero le entra solo. El fly to quality se ha traducido para la entidad cántabra en ingresos de casi 10.000 millones el pasado trimestre, pero esa cantidad continúa a buena velocidad de crucero en la actualidad.
Según reconocieron desde la entidad a Morgan Stanley el pasado martes, en un encuentro privado con clientes, en el segundo trimestre del año recibieron 9.000-10.000 millones de inflows en depósitos, procedentes de otras entidades y lo que es mejor (para ellos) continúan recibiendo entre 1.000 y 2.000 millones cada mes de clientela asustadiza. Morgan comenta esto después de haber tenido encuentros privados ese mismo día con el Tesoro, el FROB y las principales entidades financieras españolas.
Semejante caudal permitirá al banco que preside Emilio Botín cubrir el 100% del objetivo loan to deposit establecido para las entidades españolas el próximo año sin mayores esfuerzos. De la misma manera, esbozaron buenas perspectivas para cumplir con Basilea III en el apartado inmobiliario. La firma reconoce haber vendido 6.000 pisos en la primera mitad del ejercicio, en pleno proceso de reducción de activos embargados. Si continúa la progresión, en el banco creen que las provisiones previstas para esta partida estarán excedidas entre 1.000 y 2.000 millones.
Este es un asunto es capital para la economía española. El dinero se está marchando a espuertas de las entidades nacionalizadas, y, además, los inversores internacionales están retirando el dinero de España. Desde el Banco de España han restado importancia en lo posible, insistiendo en que no se trata de cancelación de depósitos de españoles y fuga de dinero al extranjero, sino de vencimientos de titulizaciones, sobre todo y cierre de posiciones foráneas. Publicaciones como The New York Times, sin embargo, arremeten con dureza : Los españoles sacan su dinero y se lo llevan del país, afirmaban esta misma semana.
Pendientes de Moodys
La posible 'argentinización' de la economía española llega en el actual marco de restricción de crédito y problemas de financiación para la economía y la banca. En este sentido, Morgan Stanley afirma también, tras reunirse con el Tesoro y el FROB, que el Gobierno tiene mucho miedo a los recortes de rating. “El principal temor para el Tesoro es Moody´s, que es quien puede colocar a España en bono basura con mayor rapidez”, indican en el banco de negocios estadounidense.
Aunque todavía hay cierto margen: “el Tesoro cree que dos calificaciones por debajo del grado de inversión no serían gestionables, pero con una continuaría habiendo acceso a los mercados”. Por su parte, la petición de rescate no acarreará demasiados problemas. S&P ha aclarado que no rebajaría el rating por ese motivo y en el Tesoro son conscientes de que “España permanecería incluida en los principales índices de deuda” pese a la solicitud.
De momento, las agencias de calificación parecen ofrecer una tregua, en forma de menor presión al rating. La reforma financiera, los ajustes del Gobierno y el sesgo más conciliador del Banco Central Europeo (BCE), favorable a la compra de deuda, han rebajado la prima de riesgo y aliviado algo de tensión en general. La visita de Ángela Merkel, el consejo del BCE de hoy y la resolución del Constitucional alemán sobre el rescate son citas cruciales. De momento, Morgan Stanley todavía no recomienda entrar en bancos españoles.