Santander confirmó ayer lo que era un rumor insistente en los últimos tiempos, que puso negro sobre blanco el diario Financial Times hace unos días y acercó aún más Expansión: que la división de activos estaba en venta, operación que se intentó hace algo más de dos años con JP Morgan.
En el caso anterior, el proyecto era de gran envergadura: se planteó por el total de la gestora y por unos 3.000 millones de euros. La ratio sobre patrimonio era excesivamente alta, pero lo que abortó definitivamente el deal fue que Santander quería mantener la relación con el cliente. Esta es una cuestión clave en las ventas de entidades financieras: la capacidad de retención y contacto futuro con el cliente.
Ahora, Santander está a punto de cerrar la entrada de dos inversores en el capital de su área de Asset Management. Se trata de los fondos de capital riesgo General Atlantic y Warburg Pincus, aunque no se contempla la operación suponga una pérdida de control por parte del banco español. “En ningún caso nos desvincularemos de la gestora”, señalan desde Santander.
Redes
Con esta operación, Santander obtendrá altos ingresos con los que reforzar capital. Las gestoras de fondos no consumen capital, están apuntadas en libros con valoraciones muy bajas que permitirán anotarse elevadas plusvalías y los ingresos que ofrece podrían mantenerse incluso en el caso de que se vendieran totalmente.
No en vano, los principales bancos españoles tienen potentes redes comerciales. Si en lugar de vender fondos de inversión propios colocaran los de terceros, podrían negociar retrocesiones que seguirían aportando ingresos sin necesidad de mantener la estructura de una gestora.
La entidad declaraba unos 161.000 millones de euros en fondos de inversión, de pensiones y carteras discrecionales a finales del pasado ejercicio.
La operación de venta de una parte de la gestora se contempla en mercado como un lease back, en el que se utiliza la participación de la gestora de colateral, se toma el dinero ofrecido por los inversores y se devuelve en los años pactados, con el correspondiente tipo de interés.
Mientras tanto, ese dinero se coloca para reforzar capital y al cabo del tiempo previsto, se devuelve el principal y se permite la salida de los fondos de capital riesgo, salvo operación de venta global.
¿También All Funds?
Las fuentes de mercado señalan que Santander también tiene en mente hacer lo propio con All Funds, la plataforma tecnológica de distribución de fondos de terceros, compartida al 50% con Intesa San Paolo.
Una entidad parecida a Inversis (tiene ficha bancaria, también de sociedad de valores y mucha tecnología detrás), por la que Bankia y Sabadell intentan obtener alrededor de 150 millones de euros. All Funds es más grande que Inversis. Factura más y obtiene más beneficios.
El banco no hace declaraciones a este respecto, pero en mercado se apunta que hay demasiadas plataformas de este tipo en el mundo y será lógico un proceso de consolidación.
Santander ha sido prácticamente siempre líder en tamaño en la industria de inversión en España. Hace unos 10 años, se hizo célebre por la colocación masiva de fondos garantizados, apoyado en grandes campañas publicitarias. Sin embargo, las rentabilidades no fueron excesivas.
Después de la fallida venta a JP, la entidad financiera se concentró en el relanzamiento de la gestora. Llegaron managers de relieve como José Cuervo (HSBC), Alfredo Mordezky (BBVA), Iván Martín (Aviva) o Ángel Molina (Tressis), algunos con elevados cachés.
Desde el grupo, se defendió la idea de convertir a Santander en un líder global en gestión de activos, con fuerte actividad fuera de España.