A cuatro días de que el sector financiero tenga que presentar ante el Banco de España sus planes para cumplir con el segundo decreto del ladrillo y a la espera de las conclusiones de los test de estrés que están elaborando Roland Berger y Oliver Wyman sobre toda la cartera crediticia de la banca, la radiografía general entre las entidades es unánime: sólo BBVA y Santander serán capaces de sortear la nueva recapitalización sin ayudas del Fondo Europeo de Estabilidad.
La diversificación del negocio de ambas entidades, que han reducido considerablemente el peso del negocio español en sus balances frente a la aportación de sus filiales internacionales, servirá para financiar las nuevas necesidades de capital que tendrá que hacer frente el sector tras las conclusiones de los exámenes de las dos consultoras externas. Según la cifra que maneja Economía, apoyada en el informe financiero del FMI, la banca española podría necesitar una ronda extra de capital que ronda los 60.000 millones. Financial Times elevaba ayer la cuantía hasta los 80.000 millones, citando a fuentes que participan en el proceso de elaboración del mecanismo de rescate a la banca española.
Según el rotativo económico, la inyección de dinero europeo podría articularse a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). De esta manera, las ayudas llegarían directamente a la banca sin estigmatizar a España como un país rescatado.
"Las entidades que operamos sólo en España no podremos cubrir todas las necesidades de provisiones y capital presentes y futuras. La ayuda tiene que venir de fuera indefectiblemente. Cuanto antes sea, mejor", comenta resignado un banquero. "Ya hemos asumido el rescate al sector porque no cabe otra solución. Salvo Santander y BBVA, por su aportación exterior, el resto no tenemos margen de maniobra", reflexiona otro alto ejecutivo.
Según el sector, la independencia que mantendrán BBVA y Santander del fondo de rescate conllevará una serie de esfuerzos en ambas entidades. Diversos analistas aseguran que tendrán que efectuar alguna venta de activos que no sean imperiosamente estratégicos. "En los últimos meses, ambas entidades están reorientando su estrategia para desinvertir allí donde el negocio haya dejado de ser 'core' y centrarse en lo realmente estratégico", explican desde un banco de inversión. Hace unas semanas, el grupo presidido por Francisco González aseguró que estaba estudiando la venta total o parcial de los negocios de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) en Chile, Colombia y Perú, y la Administradora de Fondos para el Retiro (Afore) en México.
Además de estas posibles desinversiones, algunos analistas prevén que Santander o BBVA se puedan ver forzados a tomar alguna medida sobre su dividendo ante la "tormenta regulatoria" que tienen que acometer en los próximos meses: provisiones del ladrillo, el 9% solicitado por la EBA para las entidades sistémicas, las nuevas necesidades de capitalización marcadas por los ejercicios de Roland Berger y Oliver Wyman, además de las conclusiones de las auditorías que Ernst&Young realizará de ambos bancos para comprobar que han saneado correctamente sus activos inmobiliarios.
"Los esfuerzos que está pidiendo Economía han terminado por estrangular al sector", se lamentaban ayer un par de banqueros. "Si definitivamente hay un tercer plan Guindos, la mayoría del sector no podrá sobrevivir sin ayudas públicas", continuaba. Sin embargo, Economía descarta que se esté preparando otra vuelta de tuerca a las provisiones que tiene que constituir el sector para cubrir pérdidas futuras en nuevas carteras como la de hipotecas de particulares, pymes o empresariales.