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Santander ofrece al capital riesgo un gigante del alquiler de maquinaria

El banco presidido por Ana Botín ha sacado en las últimas semanas un cuadernillo de venta de Hune, la antigua Euroloc, una compañía de alquiler de maquinaria que estuvo a punto de fusionarse con GAM en 2011. Hune es una antigua participada de Advent cuyo control pasó a manos de Banesto por su elevada deuda.

  • Ana Botín, presidenta de Banco Santander.

Santander revoluciona al capital riesgo con una de las mayores operaciones de la recta final de 2016. La entidad presidida por Ana Botín ha comenzado a distribuir entre potenciales inversores un cuaderno de venta de Hune, un gigante del alquiler de maquinaria venido a menos durante la crisis por su elevada deuda y el parón de la obra pública.

Es una operación con una estructura compleja. El banco español no figura como accionista de la empresa, sino que lo es, a través de distintas sociedades, una firma conocida como Norgestión. Se trata de una consultora que ofrece servicios de asesoramiento jurídico y fiscal, financiación de empresas y consultoría de dirección y situaciones especiales.

Según distintas fuentes financieras consultadas por este medio, Norgestión es una firma elegida por Santander para dirigir el día a día de Hune y tratar de reflotar financieramente la compañía. Pero, sería Santander quien toma las decisiones clave y decide el futuro de la empresa de alquiler de maquinaria, procedente de la antigua Euroloc, que estuvo a punto de fusionarse con GAM en 2011.

Hune, antigua Euroloc, es una compañía que ha sufrido en la crisis por la caída de la obra pública y su elevado endeudamiento

Este tipo de estructuras se ha hecho muy común en el sector financiero durante los últimos años: cuando un banco tiene una exposición demasiado elevada a una empresa morosa, contrata a una consultora que asume el control del capital, mientras que la entidad maneja la compañía desde la posición de acreedor. La idea es que la firma de asesoramiento perciba más o menos honorarios en función de cómo gestione la compañía, por lo que el control de las acciones se convierte en una especie de comisión de éxito.

El reto de Norgestión, presidido por Luis Ignacio Lizarraga, es de una gran magnitud en este proyecto. Hune perdió el año pasado 6,4 millones, tras acumular números rojos de 57 millones un año antes. Y el endeudamiento sigue siendo elevado: de en torno a 360 millones.

Junto a ello, está el difícil momento que atraviesa el alquiler de maquinaria debido al desplome de la obra pública, como reconoce Hune en su informe de gestión de 2015: "La licitación pública ha pasado de los 13.003 millones en 2014 a los 10.112 millones en 2015, lo que ha supuesto un descenso del 22,2% [...] muy lejos de los 39.100 millones que se licitaron en 2009".

Pese a ello, la compañía se está centrando en distintas estrategias para enderezar su rumbo: reducir costes; buscar nuevos mercados (como Portugal, Francia, Arabia Saudí y Colombia); mejorar la gestión de cobros; y refinanciar su deuda.

¿Luz al final del tunel?

Con la operación puesta en marcha por Santander, el banco, Norgestión y la plantilla de Hune esperan poner fin a un pasado complicado, que comenzó con la etapa en la que el inversor Advent fue su dueño. Según distintas fuentes del capital riesgo, esta operación provocó despidos en el fondo, lo mismo que en Banesto, financiador de la misma.

Las mismas fuentes añaden que Santander ya estuvo cerca de encontrar un comprador a comienzos de 2016, cuando Carlyle se interesó por Hune, pero finalmente no presentó oferta vinculante.

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