Las principales empresas el Ibex han optado de manera mayoritaria por el pago del script dividend, dividendo flexible (o como lo califique cada una), mediante el que se remunera al accionista con acciones nuevas o efectivo. Una cosa u otra. Sólo algunas como Inditex o BME continúan repartiendo dinero en efectivo con cargo a beneficios, mientras otras como Telefónica, al menos reparten los títulos de la autocartera, con lo que no diluyen al inversor. Pero esto ha generado ya malestar entre numerosos accionistas.
Con el script dividend, realmente es el propio accionista quien se retribuye a si mismo: para cobrar en efectivo, deberá vender los nuevos derechos de suscripción que le corresponden, emitidos por la empresa a tal efecto. La compañía amplía capital por el importe del dividendo y tiene compromiso de compra. Si el titular los vende, cobrará dinero, pero diluirá su participación de manera proporcional. Si opta por las acciones, no se diluye, pero no obtiene cash. Haga lo que haga, tiene perjuicio.
Las pocos que pagan en sólo efectivo (la manera traducional de reparto de beneficios, sin más) suelen ser casas cuyos ejecutivos son, además, los principales accionistas. Hay algunas variaciones, como Telefónica, que entrega autocartera, por lo que si este año el accionista toma acciones, elevará su participación de manera real. Obtendrá rentabilidad tangible. La operadora ha estado en años recientes en un proceso continuo de ‘mimo’ al accionista, mediante planes de recompras de acciones y fuertes dividendos en efectivo.
Pero la crisis sacude a todos y las compañías se ven obligadas a proteger su caja más que nunca, en especial en momentos como los actuales, en los que el acceso a la financiación está cerrado para casi todas.
Mejor en acciones
Así, han implementado un modelo de pago en el que es el accionista el que debe decidir si quiere acciones o efectivo. El motivo de la controversia reside en que en el caso de la no contestación, las entidades entienden por defecto que el accionista opta por el pago en títulos, cosa que sale gratis a la empresa. Por ejemplo, en la propia publicidad de Santander se podía ver en un pequeño apartado que en caso de no recibirse notificación se ejecutaría el modelo del pago en acciones. Así, son muchos los inversores que, antes de darse cuenta, se les ha pasado el momento de cobrar en efectivo. El banco incluye en su información, además, los beneficios fiscales de tomar las acciones.
Pero Santander sólo es un ejemplo. BBVA, Repsol, Iberdrola... todas las grandes firmas del Ibex han tomado este camino, pese a que se han resistido con todas sus fuerzas todo lo que han podido. Dicho modelo de retribución era denostado por los propios ejecutivos en los tiempos de miles de millones de euros de beneficios. Ahora, cada euro vale oro y las corporaciones se han visto obligadas a adoptarlo. Algunas, con mucho dolor, ya que hasta la fecha han ponderado el dividendo y lo consideraban el mejor reclamo para su compañía.
Ya ha habido un destacable número de reclamaciones por parte de accionistas particulares que denuncian o bien que la notificación les ha llegado con poco tiempo para confirmar su deseo de cobro en efectivo o bien se quejan de la ya consabida falta de preparación o información. En definitiva, argumentan el desconocimiento y complicación del nuevo modelo de cobro: en años anteriores han recibido efectivo y ahora no han comprendido el nuevo esquema de remuneración. Conviene recordar que las grandes corporaciones del Ibex tienen cientos de miles de accionistas particulares y es inevitable que un elevado número de titulares no contesten a estas cuestiones.
El asunto promete generar controversia, aunque en los tiempos que corren, la remuneración al accionista está condenada a descender, especialmente en dinero contante y sonante. Cuando se dice a veces que determinada compañía tiene una rentabilidad por dividendo muy alta, el inversor deberá cerciorarse de si retribuye con efectivo al 100% o con un modelo mixto, que conlleva un inevitable efecto dilución.