ACS marcará a comienzos del próximo mes de mayo un punto de inflexión en su historia. Por primera vez, su presidente, Florentino Pérez, cederá algo de poder en la gestión del grupo en favor de Marcelino Fernández Verdes, al que nombró sucesor a través del peculiar procedimiento de una entrevista televisiva. El ejecutivo asturiano será consejero delegado de la compañía, a la que llega más que comprometido, como prueba el hecho de que tiene en cartera un 0,3% de su capital, valorado en algo más de 31 millones de euros a precios actuales.
Histórico directivo de Dragados, Fernández Verdes ha vivido durante los tres últimos años metido en aviones, de camino entre Alemania y Australia y viceversa. Antes de incorporarse a ACS, su particular "mili" ha consistido en llevar las riendas de las principales filiales internacionales del grupo español, Hochtief y Cimic, que aún hoy preside.
Especialmente relevante ha sido su labor en esta última, inmersa en numerosos problemas cuando llegó, tanto financieros como incluso de reputación, debido a la existencia de algunos casos de corrupción interna. Verdes llevó a cabo un notable saneamiento de la empresa, con la puesta en marcha de un agresivo programa de venta de activos no estratégicos que contribuyó a reducir el abultado endeudamiento que acumulaba, superior a los 5.000 millones de euros.
Una circunstancia que, incluso, llevó a la empresa a caer en desgracia en su propio territorio, Australia, donde era todo un referente en el sector de la construcción, todavía bajo la denominación de Leighton.
Un bonus en metálico
A su llegada como presidente y consejero delegado de la compañía, el consejo acordó otorgarle una retribución variable que se incrementaría en función del comportamiento de las acciones en la bolsa local. Eso sí, para eso debía permanecer durante tres años en el consejo de Cimic y, además, seguir perteneciendo al consejo de supervisión de Hochtief precisamente hasta marzo de 2017.
El bono consiste en la adjudicación de opciones sobre 1,2 millones de títulos de Cimic pero con la particularidad de que el ejecutivo no recibirá la retribución en forma de acciones sino en metálico. Por cada una de estas acciones, Fernández Verdes percibirá la diferencia entre la cotización en el momento en que ejecute el plan (puede hacerlo desde mediados de marzo y durante los próximos dos años, con un máximo del 40% en cada ejercicio) y el precio de referencia establecido en su día cuando se puso en marcha el plan.
Por este concepto, a día de hoy, la retribución variable acumulada por Fernández Verdes supera los 22 millones de dólares australianos (algo más de 16 millones de euros). A esta cantidad hay que sumar el bonus de tres millones de dólares australianos concedido a finales del año pasado por el consejo de Cimic como recompensa por su labor en la empresa y por el hecho de haber superado los objetivos marcados a su llegada.
Verdes será además el tercer consejero de la compañía con mayor participación, sólo por detrás de Florentino Pérez, principal accionista con el 12,5% del capital, y del histórico Agustín Batuecas, que roza el 1%.