El próximo viernes 13 de diciembre –la semana que viene- los trenes hotel Elipsos que conectan Madrid y Barcelona con París dejarán de funcionar. Se trata de dos trenes gestionados conjuntamente por Renfe Operadora y SNCF (cada una en su territorio) que circulan de noche y que fueron inaugurados a finales de los años setenta, según fuentes de la empresa ferroviaria.
El que sale y llega de Barcelona es el tren hotel Joan Miró y el que lo hace desde Madrid se llama Francisco de Goya. Desde la llegada del PP al poder, el Ministerio de Fomento no ha ocultado su aversión hacia ambas líneas, que son un “chorreo constante de pérdidas”, según las personas consultadas. Ana Pastor los ha criticado varias veces en público en sus encuentros con los periodistas. Los franceses, al parecer, también llevan tiempo queriendo cancelar las líneas.
El cierre ya tiene fecha: dentro de 10 días. Diarios castellano-leoneses como el Día de Valladolid alertaron la semana pasada de la supresión del trayecto, puesto que en la web de Renfe es imposible obtener un billete a partir del 13 de este mes. La cancelación es un hecho, pero todavía quedan algunos flecos por cerrar, de acuerdo con las mismas fuentes.
Ruinosa política tarifaria
Se trata de un paso más en la escalada ahorradora que ha emprendido Renfe, cuyo presidente, Julio Gómez-Pomar, ha declarado que la empresa perderá este año hasta 200 millones fruto de la ruinosa política tarifaria, basada en agresivos descuentos en la alta velocidad. Esta senda ha llevado al operador a eliminar el servicio de comidas en la clase Preferente, como adelantó Vozpópuli hace cinco días. Ahora hace lo propio con los dos trenes que permiten ir y volver de París-Austerlitz, una de las principales estaciones parisinas.
En enero, Renfe también liquidó otros dos trenes internacionales que conectaban Barcelona con Zúrich y Milán, respectivamente. El Elipsos es un tren en el que se puede ir sentado, en literas o en cama individual, y que ofrece servicios idénticos a los de un hotel para quien quiera costeárselos. Y ahí reside el problema: los billetes eran excesivamente caros. Un pasaje de ida en adulto llega hasta los 175 euros.
El alcalde de Burgos (una de las ciudades que recorre el Francisco de Goya), el popular Javier Lacalle, ya advirtió recientemente sobre la supresión de los Elipsos, y pidió a otras dos ciudades de paso como Valladolid y Vitoria una acción conjunta para mantenerlos.